Es mucho más fácil que le vayan bien las cosas a una persona con determinación que a otra perezosa. Es más habitual que tenga una buena salud alguien que se cuida que alguien que se abandona. Aprenderá mucho más quien sabe escuchar a los demás que quien sólo se escucha a sí mismo. Tiene más posibilidades de ser feliz un optimista que un pesimista. Es decir, nuestras acciones acarrean unas consecuencias, porque todos los efectos surgen de causas. La casualidad no existe. Existe la causalidad. La falta de educación, de respeto y de cortesía también generan consecuencias. Porque la vida nos trata según nosotros tratamos a los demás. Cosechamos lo que previamente hemos sembrado. Lo que damos, tarde o temprano, se nos devuelve. Y, a veces, multiplicado. Por lo tanto, según des, así recibirás. Tratar a las personas con educación atrae la dicha y la fortuna. El que desee ser respetado tendrá que respetar primero. La cortesía engendra aprecio y consideración. Por eso, hoy más que nunca, optemo...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones