Estas son las principales infracciones de tráfico que observo en España, así como su trasfondo simbólico-metafórico.
1. Sobrepasar ampliamente el límite de velocidad.
Ansiedad. Impulso a huir del presente y evitar la introspección. La velocidad funciona como anestesia: si me detengo, me encuentro. Rechazo del límite porque se vive como amenaza y no como sostén.
2. No respetar la distancia de seguridad entre vehículos.
Dificultad para reconocer el espacio del otro. Impaciencia ansiosa combinada con tendencia invasiva: acercarse demasiado para controlar o imponer ritmo. El territorio ajeno se percibe como obstáculo, no como frontera legítima.
3. Acelerar cuando un peatón va a cruzar un paso de cebra.
Conflicto con la vulnerabilidad: lo frágil molesta o despierta rechazo. Acto simbólico de poder frente a lo débil. Incapacidad para frenar ante “lo humano” porque frenar implica ceder, exponerse o sentir.
4. Saltarse un stop.
Negación de la pausa obligatoria. Dificultad para detener la propia inercia y asumir responsabilidad antes de avanzar. El mandato de parar activa resistencia, ira o miedo a lo que podría aparecer en la quietud.
5. Música a todo volumen.
Creación de un muro sensorial para no escuchar el propio mundo interno. Mecanismo de saturación para acallar emociones, igual que el ruido que tapa el silencio que revelaría algo incómodo.
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