En los últimos meses, mucha gente me ha preguntado si uso gafas protectoras para la luz azul y mi respuesta es que no. Y ahora, os explico el porqué.
Los tres dispositivos con pantalla que más uso son mi ordenador (sistema operativo Linux Mint), mi teléfono móvil y mi tablet (ambos con sistema operativo Android). Todos ellos incluyen la función de “Luz nocturna” que reduce la temperatura del color de las pantallas de unos 6500 Kelvin (mucha luz azul) a 2700 ó 2500 Kelvin (muy poca luz azul), y que además se puede regular para que filtre más o menos luz azul.
Aparte de eso, en el ordenador tengo instalada una aplicación que me marca ejercicios oculares cada media hora para contrarrestar el enfoque continuo de mis ojos a la pantalla.
No utilizo gafas protectoras porque considero que con los filtros que he comentado es suficiente. Además, las gafas anti-luz azul distorsionan los colores, lo que en mi caso puede ser un inconveniente a la hora de realizar determinadas tareas. A esto hay que sumarle que durante el día toda la luz que llega a nuestros ojos que no sea artificial, incluso la luz ambiental que hay dentro de una vivienda o una oficina, proviene del Sol, con su correspondiente espectro completo, el cual es muy saludable (a nivel físico, mental y emocional). Por consiguiente, una persona que lleve puestas todo el día unas gafas anti-luz azul estará privando a sus ojos de esa luz solar tan beneficiosa.
Otra cosa que procuro hacer con frecuencia es prescindir en según qué momentos de las gafas de Sol, porque, evidentemente, también filtran la luz solar e impiden que los ojos puedan nutrirse de ese espectro cromático natural.
De todos modos, si alguien está interesado en comprar gafas anti-luz azul de calidad, le recomendaría esta empresa que está especializada en todo lo que tenga que ver con el cuidado natural de la vista y de los ojos.
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