El verano pasado (2024), me invitaron a una comida dominical en una casa de campo en la que había unas treinta personas adultas y unos quince niños. Casi todos los críos pasaron gran parte del tiempo jugando juntos en una cama elástica muy parecida a la de la imagen que ilustra este artículo.
Por la tarde, uno de ellos, de unos diez años, después de un gran salto, cayó de costado y se dislocó un hombro. Aunque gracias a Dios el traumatismo no revestía gravedad, le provocó un intenso dolor y tuvieron que llevarlo inmediatamente a urgencias. El incidente le amargó la tarde a muchos padres. Especialmente, a los del crío accidentado.
El caso es que, investigando por Internet, he descubierto que todos los años se producen decenas de miles de accidentes en gran número de países, como EE.UU., Reino Unido, Australia y Canadá; además de algunos europeos, entre los que se encuentra España.
Las lesiones más frecuentes comprenden fracturas (especialmente de brazos y piernas), esguinces, torceduras y lesiones en el cuello y la cabeza. Y las más graves: lesiones de la médula espinal, traumatismos craneoencefálicos y, en casos más raros, muerte; especialmente, por caídas fuera de la cama elástica o colisiones violentas.
Los factores que multiplican enormemente las probabilidades de tener un accidente son el uso simultáneo de la cama elástica por varios niños, el intento de llevar a cabo ciertas acrobacias (como saltos mortales) y la ausencia de redes de protección.
Algo que pude comprobar observando un rato a los críos mientras jugaban en este artilugio es que varias veces hubo choques entre ellos, y que la gran mayoría de ellos no tenían experiencia, ni entrenamiento ni el control sobre su cuerpo cuando saltaban. Es decir, sus movimientos tendían a ser aleatorios e impulsivos, no calculados (algo comprensible en un niño). Lo cual, unido al factor tiempo, multiplicaba las probabilidades de que alguno de ellos sufriera un accidente.
Cabe señalar que un estudio de la Universidad de Indiana analizó datos del Sistema Electrónico Nacional de Vigilancia de Lesiones (NEISS) y estimó que, entre 2002 y 2011, hubo más de 1 millón de visitas a salas de emergencia por lesiones relacionadas con camas elásticas, de las cuales 288.876 implicaron fracturas. Asimismo, un informe de Policygenius (EEUU), en 2014 calculó 104.691 lesiones tratadas en salas de emergencia asociadas al uso de camas elásticas. De estas, alrededor de 500 resultaron en daños neurológicos permanentes, como lesiones cerebrales o de la médula espinal.
Que cada uno saque sus propias conclusiones...
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