"Sacar la basura a la calle".

Solo una persona que esté mentalmente enferma o gravemente desequilibrada decidiría no sacar la basura a la calle e ir acumulándola en su vivienda. De hecho, este trastorno del comportamiento, que, afortunadamente, es muy poco común, tiene un nombre en medicina: el Síndrome de Diógenes.

Sin embargo, lo que sí que es mucho más común en nuestros tiempos es que algunas personas acumulen basura mental o emocional durante períodos de tiempo prolongados, lo que a menudo desemboca en patologías de muy distinta índole y gravedad.

Un individuo acumula basura en su vivienda cuando:

    • Alimenta sistemáticamente pensamientos obsesivos.
    • Se aferra a recuerdos de un hermoso pasado que ya no volverá (lo que le provoca dolor y sufrimiento).
    • Reprime con frecuencia emociones como la ira, la rabia, el resentimiento, los celos o la envidia.
    • Se traga la humillación reiterada que sufre de su pareja, de un familiar o de un entorno laboral hostil.
    • Sufre acoso en el colegio y no lo cuenta a nadie por miedo.

Los pensamientos negativos y las emociones dañinas conviene exteriorizarlos, es decir, conviene sacar la basura a la calle a diario para que no se acumule. Porque si se acumula, se generan malos olores, hongos, gérmenes, insectos, etc., o sea, miseria.
La miseria puede ser un estado físico, pero también mental y emocional.

Un ser humano saca su basura a la calle cuando:

    • Llora o grita.
    • Se desahoga con alguien de su confianza.
    • Escribe en un papel sus angustias o su malestar y luego lo quema.
    • Pone en práctica alguna forma de baile, de arte marcial o de expresión corporal que implique liberar cargas mentales o emocionales.
    • Verbaliza estando solo lo que le preocupa, inquieta o perturba.

Esta última opción es particularmente interesante y eficaz, porque nuestra mente inconsciente no es capaz de distinguir si nos estamos desahogando estando solos o si estamos contándole un problema a un amigo que está presencialmente con nosotros. Para el inconsciente no importa si nos estamos desahogando solos o acompañados. Solo le importa que nos liberemos.

Liberarnos de las emociones o de los pensamientos que nos causan dolor y sufrimiento es lo que necesitamos hacer para evitar que se acumule basura en nuestra vivienda.
He conocido a muchas personas que habían vivido situaciones muy angustiantes y dolorosas y nunca llegaron a enfermar porque sacaban a la calle su basura diariamente. Y, contrariamente, he conocido a muchas más que sí que enfermaron, incluso gravemente, por acumular pensamientos negativos en su mente durante años o por tragarse sus emociones dañinas de forma recurrente. Y es que, a veces, ahorrarnos muchos problemas es más fácil y simple de lo que parece.

Sobre todo, cuando uno sabe cómo hacerlo.

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