Hoy, comparto con vosotros un hito muy importante en mi vida y en mi carrera profesional: el haber sido la primera persona en el mundo (hasta donde he podido investigar) que ha sido capaz de establecer múltiples correspondencias entre una teoría de la Física (la Teoría de los Campos Cuánticos), el comportamiento y las relaciones humanas. Y la primera, también, que ha aplicado un gran número de sus teoremas para construir un paradigma de sanación, que, además, es eficaz (demostrado empíricamente).
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Hace cosa de tres meses (escribo esto el 12 de marzo de 2025), en una reunión con amigos, un hombre con una mentalidad muy científica (había sido profesor de matemáticas en un instituto) y muy escéptico en relación con las terapias naturales, me dijo muy seguro de sí mismo que todo eso de la sanación cuántica era un cuento chino, y que la Física y las Matemáticas no tenían absolutamente nada que ver con la sanación ni con el amor.
Yo le dije, humildemente, que eso no era cierto, y que si me daba un poco de tiempo podría demostrarle, con una base completamente científica, la relación entre matemáticas, amor y sanación.
He aquí la demostración:
El caso es que hace un par de meses, después de muchas horas de estudio de la Teoría de Campos Cuánticos (según textos de Lorenzo Luis Salcedo Moreno, del Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Granada), así como de otras tantas para ordenar y estructurar mis ideas, pude establecer conexiones muy precisas entre dicha teoría (y sus teoremas), las relaciones humanas, el amor y los procesos de sanación.
En ese momento, me acordé de una amiga mía (muy aficionada a las películas del espacio, por cierto) que tenía un profundo trauma no resuelto con su difunto padre, el cual había abusado de ella y la había maltratado físicamente cuando era solo una niña. Por lo que se me ocurrió diseñar un modelo de carta sanadora basándome tanto en teoremas cuánticos como en la personalidad de ella.
La propuesta que le hice a mi amiga fue muy simple y específica: en un momento de soledad y calma interior, ella tenía que reescribir la carta de su puño y letra como si su padre estuviera vivo y como si pudiera leerla, tomándose sus pausas para conectar con esa sensación de certeza, mirándose introspectivamente, conectando con los sentimientos que le despertaran en cada momento los distintos pasajes, y dándole su espacio y su tiempo a cada emoción para ser expresada neta y genuinamente, sin prisas ni autocensura.
Y esta fue la carta en cuestión:
Querido papá:
Hoy, después de tanto tiempo, he decidido escribirte esta carta. No ha sido fácil llegar hasta aquí; cada palabra que escribo es como un pequeño fotón que atraviesa el espacio entre nosotros, cargado de significados y posibilidades que aún no termino de comprender del todo.
A veces pienso que nuestras vidas son como partículas en un vasto campo invisible, donde cada acción, cada gesto o palabra, deja una huella que se extiende más allá de lo que podemos ver. Esas huellas, aunque pequeñas, tienen el poder de transformar lo que nos rodea, para bien o para mal. Durante mucho tiempo, las marcas que dejaste en mi vida fueron sombras densas, difíciles de atravesar, pero ahora entiendo que también pueden ser puntos de partida hacia algo nuevo.
Es curioso cómo la Naturaleza funciona: hay fuerzas que parecen destruir, pero al mismo tiempo crean caminos inesperados. Así ha sido contigo. Aunque tus acciones me lastimaron profundamente cuando era niña, he aprendido que incluso en medio del caos más absoluto, existe un orden subyacente. Y ese orden me ha permitido sanar. He logrado reconstruirme a mí misma, como si cada fragmento roto de mi alma hubiera encontrado su lugar en un diseño más grande, más complejo.
No quiero que pienses que esto significa olvidar. El olvido sería como negar que esos momentos existieron, y eso sería tanto injusto como imposible. Pero he descubierto que recordar no tiene por qué ser doloroso si lo veo desde otra perspectiva. Lo que vivimos formó parte de nuestra historia compartida, sí, pero esa historia no define quién soy hoy ni quién puedes ser tú mañana. Es como si pudiéramos reescribir las reglas que gobiernan nuestro vínculo, permitiéndonos avanzar sin negar lo que fuimos.
He llegado a entender que perdonarte no es solo un acto hacia ti, sino también hacia mí. Perdonarte me libera de cargar con ese peso que durante años me impidió respirar libremente. Es como si estuviera soltando una energía que había quedado atrapada entre nosotros, una energía que ya no necesita seguir oscureciendo nuestro presente. Quizás nunca podamos recuperar todo lo que perdimos, pero tal vez podamos crear algo nuevo, algo que nazca de este intento sincero de reconciliación.
Papá, sé que no eres perfecto, y yo tampoco lo soy. Ambos hemos cometido errores, algunos irreparables, otros apenas visibles. Pero en este momento quiero creer que aún es posible tender un puente entre nosotros, uno que no ignore el pasado, pero que tampoco se quede anclado en él. Un puente que nos permita mirarnos de nuevo, no como victimario y víctima, sino como dos personas que han cambiado con el tiempo y que merecen una oportunidad de reencontrarse.
No sé qué responderás, ni siquiera sé si leerás estas palabras algún día. Pero quería decirte todo esto porque necesitaba expresarlo, como quien lanza una señal al universo esperando que encuentre su destino. Tal vez algún día podamos sentarnos juntos, hablar sin miedo y aceptar que ambos somos parte de algo más grande que nuestras heridas y nuestros rencores.
Con mucho amor,
T.
Y este fue el mensaje de Whasapp que me envió mi amiga unos días después:
Carlos, no tengo palabras para expresarte lo mucho que lloré (de emoción) escribiendo la carta a mi padre. Realmente, sentí como si estuviera vivo. Me llegó a lo más hondo, y fue como una liberación tremenda, como quitarme un enorme peso de encima. Es como si esa carta me hubiera dado la vuelta por dentro. Siento que el resentimiento está cediendo el espacio al perdón y el dolor al cariño. Ahora, tengo muchísimas ganas de abrazar a mi padre. Daría lo que fuera porque estuviera vivo. Mil gracias por todo.
Como dije anteriormente, para redactar la carta me basé en conceptos y teoremas asociados a la Teoría de Campos Cuánticos que detallo a continuación:
1. Teorema de Noether: Este teorema establece que para cada simetría continua de un sistema físico existe una cantidad conservada. En la carta, esta idea se traslada metafóricamente al perdón como una simetría que permite la transformación del dolor en sanación, conservando la posibilidad de reconciliación.
2. Propagadores y funciones de Green: Estas herramientas matemáticas describen cómo las partículas interactúan y se propagan en el espacio-tiempo. En la carta, esto se utiliza como metáfora de las interacciones emocionales entre dos personas, donde las heridas del pasado son como partículas que viajan a través del tiempo, pero que pueden ser reinterpretadas mediante un nuevo propagador emocional.
3. Simetrías y transformaciones: Las simetrías en física representan invariancias bajo ciertas transformaciones. En la carta, el acto de perdonar se describe como una transformación que no elimina el pasado, pero lo redefine, permitiendo una nueva simetría en la relación padre-hija.
4. Estados estacionarios y polos en funciones de correlación: Los estados estacionarios corresponden a modos propios del sistema. En la carta, esto se refleja en la idea de que las heridas del pasado tienen una resonancia emocional que puede manifestarse como un polo en la relación, pero que puede ser abordada y transformada.
5. Segunda Cuantización y Espacio de Fock: El concepto de que los sistemas pueden describirse en términos de estados ocupacionales en un espacio más amplio. En la carta, esto se refleja en la idea de que el pasado no es un estado único y fijo, sino que la hija puede ocupar un nuevo estado emocional sin estar condenada a repetir la historia.
6. Teorema de Wick: Relacionado con la reordenación de operadores en expresiones de campos, lo que permite simplificar cálculos. Esto se traduce metafóricamente en la carta como la capacidad de reordenar la historia personal, buscando una nueva perspectiva en lugar de aferrarse a una interpretación rígida del pasado.
7. Microcausalidad y Propagador de Feynman: En la TCC, la microcausalidad implica que los eventos en puntos espaciotemporales separados no pueden influirse mutuamente si están fuera del cono de luz. En la carta, esto se asocia a la idea de que el pasado y el presente pueden estar desconectados en cierto sentido, permitiendo una evolución independiente.
8. Invariancia gauge y acoplamiento: La invariancia gauge es un principio fundamental en teorías de campos cuánticos. En la carta, esto se traduce en la búsqueda de una conexión más profunda y auténtica entre las partes, donde el acoplamiento emocional permita una reconciliación genuina.
9. Continuación analítica y tiempo imaginario: La continuación analítica permite extender soluciones desde el dominio real al complejo. En la carta, esto se utiliza como una analogía para explorar emociones complejas (como el perdón) que no siempre son evidentes en el plano racional.
10. Teorema del linked-cluster: Este teorema establece que solo los diagramas conexos contribuyen a ciertas cantidades físicas. En la carta, esto se refleja en la idea de que solo las conexiones emocionales reales y significativas pueden llevar a una reconciliación efectiva.
11. Reglas de Feynman y diagramas: Estas reglas describen cómo calcular las interacciones entre partículas. En la carta, se utiliza como una metáfora para las interacciones humanas, donde cada acción o palabra puede ser vista como un diagrama que contribuye a la relación.
12. Renormalización y límite del continuo: Estos conceptos permiten manejar infinitos y transiciones entre escalas. En la carta, se emplea para describir cómo las heridas del pasado, aunque inicialmente parezcan infinitas, pueden ser renormalizadas para permitir una relación sana.
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