La vida es como una sucesión de senderos que se bifurcan constantemente; y esas bifurcaciones, que se manifiestan después del conflicto, siempre nos permiten elegir.
Por otro lado, el que conoce cómo funciona la mente inconsciente se cuida mucho de expresar pensamientos o emociones que puedan volverse en su contra. Es por ello que quien controla sus pensamientos y las palabras que salen de su boca, controla su destino.
A continuación, siguen algunos ejemplos de frases (las de arriba, en rojo) que, al verbalizarse, nos adentran (sin darnos cuenta) en un bucle de malestar, dolor o sufrimiento. Mientras que las frases de abajo (en azul) representan una acción que desencadenaría nuestra salida de ese nefasto bucle.
Detesto que mi coche se averíe cada dos por tres pero no me alcanza para comprar uno nuevo.
Me encantaría tener un coche nuevo que funcionara estupendamente durante muchos años.
Estoy harto de discutir con mi madre cada dos por tres; me pone enfermo.
Estoy seguro de que puedo disfrutar de una relación armoniosa y saludable con mi madre.
Odio este trabajo aburrido y mal pagado.
Deseo un trabajo emocionante, agradable y que me recompense generosamente.
Mi pareja nunca me escucha y siempre me ignora.
Merezco una relación donde me sienta escuchado y valorado.
No tengo tiempo para nada, siempre estoy ocupado con asuntos que no me hacen feliz.
Disfruto de tener tiempo abundante para lo que amo hacer.
Mis amigos siempre me decepcionan y no me apoyan.
Tengo amigos leales que me inspiran y me respaldan.
Este clima gris y frío me pone de mal humor.
Me gustan los días luminosos y cálidos que alegran mi espíritu.
Soy como un imán que atrae a gente maleducada o desequilibrada.
Atraigo a personas encantadoras que me inspiran y me aprecian.
Esto no tiene solución. Estamos condenados.
Todo tiene solución. Al final, todo se arreglará.
Y es que, muchas veces, lo que nos separa de vivir mucho mejor somos nosotros mismos, nuestros propios pensamientos y palabras.
Comentarios
Publicar un comentario