Falsos culpables en la alimentación

  • No es que el trigo sea perjudicial, es que el trigo de hoy en día no se parece en nada al que consumían los antiguos egipcios. Aquél sí que era saludable. Además, los antiguos egipcios no sufrían de celiaquía, lo cual es muy significativo.
  • No es que el arroz dispare el índice glucémico. Lo dispara el arroz blanco, no el integral.
  • No te inflama el aceite de oliva. Te inflama un aceite de oliva barato, refinado, lleno de pesticidas y que fue obtenido mediante presión en caliente.
  • No es que el maíz sea dañino. Es dañino el maíz dulce transgénico que compras en el supermercado. El maíz que consumieron los antiguos pueblos de la América precolombina durante miles de años era completamente saludable. Y hoy en día, también lo es el maíz ecológico.
  • No es que el pan sea perjudicial. Es que lo que compras en el supermercado con el nombre de “pan” es, en realidad, un engrudo refinado sin fermentar lleno de aditivos. Eso sí que es perjudicial.
  • No es que los hidratos de carbono sean malos y te inflamen. Te inflaman y te enferman los carbohidratos refinados, como la bollería industrial, el chocolate con azúcar, las bebidas refrescantes, la pizza precocinada o los cereales de caja que usas en el desayuno.
  • No es que las legumbres sean malas para la salud. Es que no las pones varios días a remojo, como hacía tu abuela antiguamente. Las comes de bote, y las mezclas con carne o con hidratos, y eso es lo que genera fermentaciones, y, posteriormente, inflamación.
  • No es que la ensalada no sea beneficiosa, es que cuando la preparas le añades vinagre, trozos de manzana, nueces y otros ingredientes antagónicos entre sí, lo que la convierte en un “cóctel molotov” difícil de digerir e inflamatorio.
  • No es que comer huevos sea perjudicial para el hígado. Es que los huevos que compras son los más baratos (código alfanumérico que empieza por “3”), es decir, de gallinas que comen piensos compuestos con pesticidas y que viven enjauladas y estresadas durante toda su vida.
  • No es que la carne sea, necesariamente, poco saludable. Es que quizá comes demasiada, y la que comes procede de animales que han vivido en cautividad, que han comido piensos transgénicos y a los que, para más inri, se les ha administrado fármacos. Seguramente, te convendría comer menos y que fuera ecológica. 

Como podemos comprobar, hoy en día, los mayores responsables de los problemas de salud asociados a la alimentación son los comestibles refinados, los aditivos, los transgénicos y el alimentarse prescindiendo del sentido común y del equilibrio.

Nuestros antepasados vivieron en un mundo donde todos los alimentos eran naturales, integrales y ecológicos. Por eso, muchas de las dietas tradicionales del Mediterráneo, de la América precolombina, de Asia o de África eran saludables.

Insisto: porque estos pueblos utilizaban alimentos naturales, los preparaban con sentido común y luego los comían con moderación.

(Título del cuadro que ilustra este artículo: “La vieja friendo huevos”, de Diego Velázquez).

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