Reproduzco una conversación que tuve con una mujer de mediana edad hace unos pocos años.
Ella: ...me cuesta comprender que durante toda mi vida haya vivido con escasez, a pesar de haber tenido trabajo. Es cierto que nunca me ha faltado un plato de comida, ni ropa, ni un techo donde vivir. Pero siempre he vivido con escasez.
Yo: ¿Qué es lo contrario de la escasez?
Ella: La abundancia.
Yo: Los problemas de escasez manifiestan un conflicto asociado a la figura de la madre.
Ella: En mi caso, no me encaja lo que dices. Yo me llevaba muy bien con mi madre. La adoraba. Y siempre me sentí muy amada por ella, aunque muriera siendo yo una niña.
Yo: ¿Cuántos años tenías cuando falleció?
Ella: Cinco.
Yo: “Conflicto asociado a la figura de la madre” no significa que te llevaras mal con ella. Al menos, no necesariamente. Significa que un episodio en la relación con tu madre generó en ti un conflicto.
Ella: No lo entiendo.
Yo: Primero conviene comprender que la madre representa la abundancia. Porque es la que nos nutre generosamente con la leche abundante de su pecho. Y esa leche simboliza el alimento que nos sostiene, es decir, en la realidad del adulto: lo material que nos permite vivir. Por ejemplo, el dinero.
Ella: Eso sí lo entiendo.
Yo: Por otro lado, los adultos, sobre todo los hombres, vivimos la existencia racionalmente. Sin embargo, los niños, hasta aproximadamente los siete años, viven en un universo predominantemente emocional. Esto significa que un adulto puede comprender, aunque le duela mucho, que su madre padece de un cáncer terminal y que pronto dejará este mundo. Y después de un duelo, puede llegar a aceptarlo. Sin embargo, una niña de cinco años no puede racionalizar una vivencia tan dramática, pues la emoción le domina. Y en su mente inconsciente, sin que ella se dé cuenta, además, arraiga la idea de que su madre la ha abandonado injustamente cuando más la necesitaba, siendo sólo una niña. Lo cual es un grave conflicto asociado a la figura de la madre que, en muchos casos, puede implicar, en la vida de adulto, problemas de escasez económica.
Ella: Ahora lo comprendo todo.
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