En 1980 y en España, con datos oficiales, se suicidaban 1652 personas al año. En 2022, lo hicieron 4227 (fuente: INE). Aquí cabe señalar que el número de habitantes de 2022 en nuestro país con respecto al de 1980 se ha incrementado un 27%. Sin embargo, el número de suicidios de 2022 con respecto al de 1980 ha aumentado un 156%. Unos datos que nos dan a entender claramente que la población española, globalmente, era mucho más feliz en 1980 que en 2024. Fenómeno que, personalmente, no me sorprende en absoluto. Máxime, en los tiempos que corren...
Lo peor de esta tragedia social es que las cifras se incrementan año tras año, y que siguen ascendiendo entre 2022 y 2024.
Por eso, conforme transcurra el tiempo, cada vez será más probable que, sin pretenderlo, nos encontremos con gente sumida en una depresión profunda, o, incluso, con deseos manifiestos de quitarse la vida. Una situación ante la cual, fácilmente, podríamos hacernos la siguiente pregunta: “¿Y yo qué puedo hacer?”.
Yo empezaría diciendo LO QUE NO DEBERÍAMOS HACER. Por ejemplo:
• Quitarle importancia a lo que siente: Venga, no será para tanto. O, ¿No estás exagerando?
• Juzgar: ¿Pero te has vuelto loco? O, Suicidarse es de cobardes.
• Aconsejar impulsiva o frívolamente, sin pensar: Deberías ir a un psiquiatra/psicólogo. O, Tienes que quitarte esas ideas absurdas de la cabeza. O, Tú lo que necesitas es salir más y divertirte. O, No hagas tonterías y olvídate de ella.
• Prometer cosas para que se calme: Seguro que muy pronto encontrarás trabajo. O, Ya verás que un día de estos conocerás a otra mujer que te querrá de verdad.
• Dejar sola o desamparada a esa persona (en el pico de la crisis).
Sería mucho más adecuado hacer esto:
• Interesarse por su estado: ¿Te apetece contarme cómo has llegado a esta situación? O, Me gustaría saber cómo te sientes.
• Escuchar con atención: Voy a escucharte con atención. Cuéntame todo lo que quieras.
• Empatizar con esa persona, es decir, tratar de ponerse en su situación. Tratar de comprenderla (comprender a alguien no implica justificar sus acciones o intenciones).
• Validar sus emociones (lo que no significa que las compartas): Debe de ser muy duro lo que estás viviendo. O, Comprendo perfectamente que te sientas así. O, Es posible que en tus circunstancias yo me sintiera como tú.
• Mostrarse cercano y disponible: Estoy aquí para lo que necesites. O, Me gustaría estar a tu lado y acompañarte en este proceso. O, Te aprecio. Puedes contar conmigo.
• A partir de aquí, sería muy conveniente ofrecerle recursos, herramientas o ayuda profesional.
Podemos salvar vidas.
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