Una de las mejores horchatas que conozco

 

Ante todo, os diré que la inmensa mayoría de horchatas comerciales que pueden tomarse por ahí están de azúcar hasta los topes. Por supuesto, estamos hablando de azúcar blanco refinado. Y como, además, se trata de un alimento que se degrada fácilmente, también suele llevar grandes cantidades de conservantes. De ese modo, una bebida que originalmente puede ser muy saludable termina convirtiéndose en una que no lo es.

Para el que se anime, hacer horchata en casa es sencillo: pones la chufa a remojo una noche entera (preferiblemente, dentro del frigorífico). Al día siguiente, le cambias el agua y la trituras junto con ella usando un robot de cocina potente. Luego, lo cuelas todo con una tela de algodón crudo y lo endulzas a tu gusto.

Pero si quieres ahorrarte ese proceso, la mejor alternativa sería recurrir a una buena marca de horchata ecológica (que no llevan aditivos indeseables), y, preferiblemente, sin azúcares añadidos. Porque luego, tú le puedes añadir el azúcar natural que prefieras, como estevia, azúcar panela, miel, sirope de ágave, sirope de arce (mi preferido)…

Una excelente horchata de chufa sin azúcares añadidos es la de la marca Ecomil. Pero insisto, mejor que la endulces con algún endulzante natural, porque, si no, probablemente, te resultará un tanto insípida.

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