Reconocimiento

Muchas empresas que he ido conociendo a lo largo del tiempo han terminado yéndose al garete por la falta de ética y de profesionalidad de sus dueños o de quienes trabajaban para ellos. Y hoy en día, esto sucede más que nunca. Porque la falta de valores humanos a la hora de emprender puede desembocar fácilmente, en una quiebra financiera, más pronto que tarde, especialmente, en aquellos negocios que están de cara al público.

Contrariamente, podemos encontrar otros negocios de la misma índole que se abren camino en medio de la crisis global que estamos atravesando y que prosperan contra viento y marea porque su capital humano es sobresaliente, o incluso extraordinario. Y por fortuna, también hay muchos ejemplos de esto.

Yo no es que lo haga siempre, pero a menudo me gusta reconocer públicamente el trabajo de un gran profesional, sea en el ámbito que sea. Quizá porque soy consciente de las nefastas consecuencias que acarrea en la vida del ser humano la falta de reconocimiento y porque, al mismo tiempo, también lo soy del enorme beneficio emocional y espiritual que supone, para quien lo recibe, reconocer el trabajo bien hecho de los demás. 

Por eso, en esta ocasión, comparto con vosotros algunas de las frases que he pronunciado en los últimos meses reconociendo públicamente el trabajo bien hecho de distintos profesionales. Y os digo que no os imagináis cuánto me llena el corazón de alegría ver la cara de estas personas cuando las escuchan:

  • (Mientras le pago a una taxista) Me encanta cómo conduces, con agilidad pero con suavidad. Y he disfrutado mucho charlando contigo. Que tengas un día excelente.
  •  (Al encargado de una cafetería) Estoy encantado con el servicio que me ha brindado la camarera que me ha atendido. Ha sido impecable y muy simpática. Vale su peso en oro. Si de mí dependiera, le subiría el sueldo. 
  •  (A un repartidor que suele entregarme pedidos). Eres el repartidor más educado y servicial de todos los que he conocido hasta ahora. Te mereces lo mejor, amigo. Estoy seguro de que vas a llegar muy lejos en tu vida.
  •  (A una de las chicas que atienden en una herboristería) Da gusto venir a esta tienda cada semana. Me encanta cómo trabajáis y lo atentas que sois con los clientes. No me extraña que siempre haya gente aquí comprando.
  •  (Al camarero de un restaurante). Por favor, dile al cocinero que me han gustado mucho todos los platos. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto comiendo. Estoy seguro de que volveré por aquí.
  •  (A una teleoperadora que se tiró cuarenta minutos para explicarme con detalle una duda técnica que tenía). Sé que no tienes la obligación de dedicarle tanto tiempo a un cliente, y te lo agradezco de corazón. Eres una gran profesional. Desde luego, empleados como tú sois la razón de que algunos clientes seamos tan fieles a esta compañía.

Comentarios