Uno de los mejores complejos vitamínicos que conozco


Mucha gente, con la mejor intención, recurre a los complejos vitamínicos buscando evitar carencias nutricionales. Sin embargo, las vitaminas de verdad no se dejan envasar, porque, por de pronto, no existen de forma aislada en la Naturaleza. Es decir, las vitaminas, los minerales, los aminoácidos y otros nutrientes se presentan en la Naturaleza conformando estructuras muy complejas y sinérgicas. Y si estas estructuras se fragmentan y se sintetizan en un laboratorio se convierten en sustancias que no reconoce el cuerpo. A esto hay que añadir que una gran mayoría de los complejos vitamínicos que se venden hoy en día no proceden de nada que haya estado vivo anteriormente sino de sustancias totalmente artificiales o inorgánicas, como, por ejemplo, derivados del petróleo.

Es verdad que algunos complejos vitamínicos de cierta calidad y origen natural pueden beneficiar a corto o medio plazo, pero a la larga pueden causar desequilibrios orgánicos, precisamente, porque no son cien por cien naturales. Y algo cien por cien natural sólo puede darlo la Madre Naturaleza.

Lo primero que conviene tener en cuenta es que para evitar carencias nutricionales lo mejor es:

  1. Nutrirse con alimentos de la máxima calidad, y, en la medida de lo posible, ecológicos.
  2. Masticar muy bien la comida para que a nuestros intestinos llegue una masa nutricional homogénea que pueda ser asimilada.
  3. Procurar tener una vida lo más plena posible. Porque la alimentación también es un fenómeno cuántico, y no sólo de pan vive el hombre.

Ahora bien, si por distintas razones uno desea recurrir a un complejo vitamínico de la mejor calidad, para poder obtener todos los nutrientes que necesita su cuerpo, el polen de abejas es una de las mejores opciones que podemos encontrar en la Naturaleza.

Conviene recordar, para evitar confusiones, que el polen NO ES UN PRODUCTO QUE FABRICAN LAS ABEJAS sino las flores. Y no sólo es rico en vitaminas y minerales, sino, también, en oligoelementos, aminoácidos y biocatalizadores.

La dosis estándar sería una cucharadita de postre rasa tomada en ayunas con un poco de agua.

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