Cómo darle vida al agua depurada


La gran mayoría de purificadores de agua hacen su trabajo partiendo del agua del grifo, que es un agua completamente muerta o desvitalizada, aunque es cierto que un pequeño porcentaje de ellos (con un precio muy elevado) pueden revitalizarla. Normalmente, recurriendo a componentes muy simples (como tubos de cuarzo) que, aun siendo muy baratos, sin embargo, encarecen enormemente el coste final de estos sofisticados depuradores.

Yo, que me considero un hombre muy práctico, no necesito un cuchillo de oro con mango de diamantes para cortar unos pepinos. Sólo necesito un cuchillo bien afilado que corte bien.

En realidad, cuando uno sabe cómo hacerlo, revitalizar un agua depurada, ya sea que provenga, por ejemplo, de un destilador, de una osmosis inversa o de un filtro de arena y carbono, es algo extremadamente sencillo; muy, muy sencillo.

La Naturaleza utiliza un sistema muy eficaz de destilación para purificar el agua del planeta Tierra. Es decir, el agua de ríos, mares y lagos se evapora por efecto del calor solar, se condensa luego en forma de nubes y más tarde éstas descargan el agua purificada en forma de lluvia, que termina precipitando en el suelo, incorporando automáticamente sus minerales.

Para vitalizar este agua, la Naturaleza cuenta con varios mecanismos: la luz del Sol con sus espectro completo (la mayor fuente de vida del planeta), el propio campo magnético de la Tierra, el escanciamiento (cuando las aguas van saltando en los ríos mediante cascadas, oxigenándose), los movimientos vorticiales (cuando las aguas forman remolinos en los recovecos y en los meandros de los ríos), y, por último, la energía vital y las ondas de forma que recibe del entorno (piedras, rocas, minerales, plantas, seres vivos…).

Por consiguiente, para vitalizar un agua depurada no tenemos que inventar nada. Simplemente, tenemos que imitar a nuestra Madre. Nada más. Y hacer lo que hace ella.

Esto es lo que yo hago:

  1. Una vez a la semana dejo un cuarzo todo el día al Sol, y luego lo introduzco en la jarra donde coloco el agua de mi depurador. También serviría colocar la propia jarra al Sol (entre 1 y 3 horas), pero si no puedes, el cuarzo recogerá su energía y la transferirá luego al agua.
  2. Coloco alguna etiqueta (con una palabra armoniosa escrita en un papel, como amor, alegría o salud) pegada en el cristal de la jarra, mirando hacia dentro (ondas de forma).
  3. A veces, además, vitalizo el agua con mi mente e intención en el mismo momento de beberla o de cocinar con ella.

Mediante pruebas kinesiológicas y radiestésicas (a veces, delante de la gente, en mis conferencias), y posteriores catas públicas con varias personas elegidas al azar (para ver cómo sabe el agua antes y después de vitalizarla), he podido comprobar fehacientemente que todos estos métodos sencillos que he compartido con vosotros funcionan a la perfección y que, efectivamente, son capaces de vitalizar el agua fácil y gratuitamente. Incluso, en el caso de la vitalización mental-cuántica, de forma inmediata.

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