Un caso muy interesante con el aceite de coco


Seguramente, todos tenemos claro lo que es un parásito: un ser que vive a costa de los demás y que, lejos de aportar algo, más bien, perjudica; incluso, a veces, gravemente.

Pues bien, en febrero de este mismo año llegó a mi consulta una mujer de cuarenta y pocos años que se encontraba unos ocho o nueve quilos por debajo de su peso ideal y que no sabía cómo recuperarlo, que ya había probado muchas cosas y ninguna le había funcionado. Total, que conversando con ella llegué pronto a la conclusión de que tenía un exceso de parásitos en su organismo… así como en su vida personal (gente que se aprovechaba de ella habitualmente). Esto es lo que se conoce como el Principio de Correspondencia: Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba.

Esta buena mujer, haciendo gala de una gran franqueza y honestidad, me dijo desde un primer momento que la voluntad no era una de sus mejores virtudes, que si podía darle, para empezar, unas pocas recomendaciones para solucionar su problema, y que más adelante, si acaso, ya abordaríamos con más profundidad la parte emocional de su conflicto. A lo cual, accedí.

Tres semanas después de la primera consulta volvimos a vernos, siendo que de las tres pautas que le di sólo llevó a cabo una: sustituir el aceite de oliva por aceite de coco de alta calidad cada vez que fuera a aliñar alguna comida. Resultado: en esas tres semanas consiguió ganar casi seis quilos.

¿Cómo fue posible ese cambio poniendo en práctica una sola pauta?

Pues muy simple: el aceite de coco es, entre otras cosas, un antiparasitario de uso general bastante eficaz. Y ella había sustituido el aceite de oliva por el de coco en cada comida (excepto para freír). Con lo cual, esa dosis regular de un gran antiparasitario durante tres semanas consecutivas consiguió reducir considerablemente sus niveles de parásitos. Y al tener muchos menos de dichos parásitos que le estuvieran robando nutrientes y chupando energía a sus células ella pudo disponer de esos nutrientes y energía para alimentarlas mejor.

Consecuentemente, ganó peso.

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