Dolores de cabeza, jaquecas, migrañas...

Cuando una persona experimenta un dolor de cabeza, una jaqueca o una migraña, sintéticamente, podríamos decir que hay algo dentro de su cabeza que sobra, como una molestia o un dolor. Repito: algo que sobra. Pero no sólo en el plano físico sino, también, en el plano mental. Por ejemplo: un recuerdo doloroso recurrente, una obsesión, o una preocupación intensa.


Todos esos pensamientos (recuerdos dolorosos, obsesiones, preocupaciones...) molestan o duelen, y si se repiten, tienden a materializarse en forma de molestia o dolor físico. Al menos, en una gran parte de la población. Y especialmente, en las mujeres.


El lenguaje coloquial comprende una buena parte de expresiones relacionadas con los conflictos que subyacen en los dolores de cabeza:

  • Mi hijo es un dolor de cabeza. Me da muchos disgustos.
  • Tengo el coche en el mecánico, así que tendré que coger el metro para ir al trabajo hasta que lo arreglen. Menudo quebradero de cabeza.
  • El recuerdo de mi tío abusando de mí me viene una y otra vez a la cabeza.
  • Tú piensas demasiado, ¿no? Siempre te estás comiendo la cabeza.
  • No paro de darle vueltas a la cabeza. Sospecho que mi marido me es infiel.
  • Mi jefe me está martilleando (en la cabeza) todo el día. No me deja en paz.
  • No puedo comprender por qué tienes ese vicio tan asqueroso. Es que me explota la cabeza.

Como podemos comprobar, todas estas expresiones implican pensamientos incómodos, molestos o dolorosos. Unos pensamientos que, cuando se prolongan el tiempo suficiente, pueden derivar en molestias o dolores de cabeza, que se presenten bajo distintas formas e intensidades.


Por otro lado, fijémonos en cómo, en presencia de esos dolores o molestias, la mayoría de los afectados tienden a desconectar (la mente), a cerrar los ojos y relajarse, a tumbarse en la cama… y no pensar. O dicho de otro modo: cuando uno tiene un intenso dolor de cabeza o una migraña, lo último que se le pasa por la cabeza es ponerse a pensar. Lo que delata que en los dolores de cabeza, en las jaquecas y en las migrañas hay un denominador en común que implica un exceso de actividad mental. Y los excesos se pagan.


Y es que tan perjudicial puede ser para un ser humano (incluso, letal) el no pensar como el pensar en demasía.


Por eso, como todo en la vida, en el término medio está la virtud…


...y la salud.

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