Educación, respeto y consideración.

 

Tener educación, respeto y consideración por los demás puede suponer, en muchas ocasiones, la diferencia entre disfrutar de armonía, salud y prosperidad o no tenerlas. Porque, en última instancia, la vida nos devolverá el trato que nos dispensemos tanto a nosotros mismos como a los demás. Por eso, puede ser muy recomendable tener en cuenta lo siguiente:

  • Evitar llamar a alguien de forma insistente (excepto si es una urgencia). Podemos imaginar que si no coge el teléfono es porque la persona está ocupada y no puede atendernos en ese momento.
  • Si alguien te invita a una comida o a una cena es de buen gusto no pedir el plato más caro del menú.
  • Ciertas preguntas como: ¿Por qué no te has casado aún?, ¿Por qué no tenéis hijos?, ¿El piso es tuyo o es alquilado? o ¿Cuánto dinero ganas? son, simplemente, muy indiscretas; y no incumben a nadie, excepto, quizá, a un familiar muy cercano o a un amigo íntimo.
  • Comportarte cortésmente con una mujer, con un hombre, con alguien mayor o con alguien joven es algo que todo el mundo agradece.
  • Si alguien te invita a algo es justo que tú le invites o que pagues la próxima vez.
  • En un diálogo con alguien, cuando surgen diferencias, piensa si te conviene hacer valer tu criterio, que te den la razón o que reine la armonía entre ambos.
  • A veces, puede ocurrir que bromeas en tono de burla con alguien y te das cuenta de que no le gusta, o incluso que le incomoda. Ese es el momento de detenerse y no volver a hacerlo. Y tratar de compensar con algún comentario amable que exprese aprecio.
  • Interrumpir sistemáticamente a alguien cuando habla es, sencillamente, demoledor para tu relación con la otra persona.
  • Ya sabes: mejor alabar en público y criticar en privado.
  • Eso de Parece que has engordado o Te veo muy delgada es cualquier cosa menos respetuoso. Mejor sería decir algo como: ¿Qué tal? ¿Estás bien?
  • Si alguien te enseña una foto de su móvil, mejor no deslices el dedo para ver la foto anterior o la posterior. Nunca sabes lo que te puedes encontrar. Y puede ser muy embarazoso para ambos.
  •  Si un conocido te dice que tiene una cita con el médico, mejor no le preguntes ¿Para qué?, ¿Qué te pasa? o ¿Estás enfermo? Mejor decirle algo como: Confío en que se resuelva pronto.
  • Dice mucho de alguien cuando trata con la misma educación a un peón de albañil que a un arquitecto, a un barrendero que a un abogado, a un camarero que a un empresario.
  • Dar consejos sin que te los pidan crea más antipatía que simpatía.
  • Si alguien te está hablando, mejor que no mires a tu móvil y que te quites los auriculares, si los llevas puestos.
  • Mejor no hablar de dinero o riqueza con gente que tiene apuros económicos, ni de hijos o niños con una pareja que no pueda tenerlos.
  • Pocas acciones te ennoblecen más que ser una persona de palabra.
  • Mejor no hacer a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
  • El cariño y la dulzura abren las mismas puertas que puede cerrar la grosería.
  • Si metes la pata, simplemente, reconócelo humildemente y discúlpate.

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