Efectivamente, el salmón se ha convertido en uno de los principales pescados consumido por los españoles en los últimos diez años, y existen dos razones fundamentales para ello.
En el primer grupo están las razones conscientes, es decir, las que uno identifica como apetencia o gusto personal, las cuales, en gran medida, van asociadas a las características físicas de este pescado, sobre todo, su sabor, su textura y su consistencia. Y, por otro lado, están las razones que surgen de nuestra mente inconsciente, las cuales tienen que ver con la personalidad de este pez y con su forma de actuar.
Conviene señalar que nosotros, los seres humanos, buscamos consciente, pero sobre todo inconscientemente, lo que no tenemos, lo que nos falta, lo que necesitamos. Por ejemplo: si yo ya soy español, no busco ser español. Si yo ya soy alto, no necesito ser alto. O si yo tengo una moto de color rojo, pues no anhelo tener una moto de color rojo. Por lo tanto, buscamos, necesitamos o anhelamos lo que no tenemos, lo que nos falta; no lo que ya tenemos.
El salmón es un pez tremendamente fuerte y resistente, con una gran energía, y con excelentes cualidades, como su tenacidad, su perseverancia y su capacidad para afrontar retos de una enorme envergadura. De hecho, en el momento en que un salmón decide procrear es capaz de remontar decenas de quilómetros, río arriba, nadando contra corriente y saltando múltiples cascadas (algunas muy superiores a su propia longitud) hasta llegar al lugar donde nació, que es donde suele procrear.
Cuando un ser humano busca un alimento, no sólo está buscando nutrientes, como vitaminas, minerales, aminoácidos u oligoelementos, también busca, inconscientemente, lo que ese alimento simboliza y representa. Por eso, no sorprende que el salmón se haya convertido en uno de los pescados más consumidos en España en los últimos años. Porque, con toda seguridad, la gran mayoría de sus consumidores están buscando (inconscientemente) la fuerza, la resistencia, la perseverancia y el coraje para ser capaces de nadar contra corriente, en condiciones muy adversas (como las que vivimos en los últimos años), y poder superar todos los obstáculos hasta llegar a la meta.
Lógico.
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Observación: Aunque todos los salmones comparten una misma esencia, los que verdaderamente poseen (bien desarrollados) esos atributos que he mencionado son los salmones salvajes. Los de piscifactoría los han perdido parcialmente. Además de ser los pescados más tóxicos que se pueden consumir actualmente.
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