¿Qué comían los tres pueblos más longevos y sanos de la historia?


NOTA IMPORTANTE: La información de este artículo está debidamente contrastada y se basa en los estudios científicos y de campo llevados a cabo por el insigne doctor Robert McCarrison (1878-1960), la antropóloga Sula Benet (1903-1982), el antropólogo y médico Alexander Leaf (1920-2012), el doctor Magsood Ali (Pakistán), el doctor Guillermo Vela (Ecuador) y el lingüista David Lorimer (que convivió con los Hunzas más de un año).

En los momentos de mayor esplendor de los hunzas (Himalaya), vilcabambas (Ecuador) y abcasios (Cáucaso), la mayoría de sus miembros superaban ampliamente los 100 años de edad. Pero de entre todos ellos, destacan especialmente los hunzas, de los que se tiene constancia que muchos de ellos vivían más allá de 150 años (McCarrison).

DIETA HUNZA:

Cereales (trigo, cebada), alfalfa, hortalizas de hoja verde (lechuga, espinaca), vegetales de raíz (zanahorias, nabos, patatas y rábanos), alubias, garbanzos y otras legumbres tales como lentejas y legumbres germinadas. Forman también parte de su dieta, el calabacín, la calabaza y abundante queso fresco; entre las frutas figuran principalmente los albaricoques y las frutas silvestres, ya sean frescas o pasas, y la carne la comen en muy raras ocasiones.

DIETA VILCABAMBA:

La dieta diaria media proporcionaba 1.200 calorías, con 35 gramos de proteína, de 12 a 19 gramos de grasa y de 200 a 260 gramos de hidratos de carbono. Las proteínas y las grasas eran, en su mayor parte, de origen vegetal. Los alimentos principales incluyen el maíz, la yuca, las patatas, las alubias, el requesón (de leche de vaca y/o de cabra), el trigo, la calabaza, además de plantas silvestres y frutas cítricas, así como algunos peces de río. Sólo comen carne en ocasiones muy contadas.

DIETA ABCASIA:

La dieta de los abcasios contiene muy poca carne, quizá una o dos veces por semana. En cada una de sus tres comidas diarias comen abista, un alimento hecho con maíz cocido en agua y machacado, sin sal, que se toma como sustituto del pan. La manera de comerlo es templado, acompañado de trozos de queso de cabra casero. También consumen uno o dos vasos al día de matzoni, una leche agria parecida al kéfir.

Los demás alimentos básicos en la dieta diaria de la población de Abcasia son fruta fresca, especialmente uvas, verdura fresca, incluida la cebolla, el tomate, el pepino y el repollo, una gran variedad de verduras en conserva (elaboradas por ellos mismos) y judías verdes cocidas lentamente durante horas, machacadas y servidas con salsa de cebolla, pimientos, ajos, jugo de granada y pimienta. Grandes cantidades de ajo están siempre al alcance. Consumen agua de manantiales para cocinar y para beber. No beben ni café ni té, pero consumen en pequeñas cantidades un vino tinto seco de baja graduación alcohólica fabricado por ellos mismos. El azúcar no figura en su dieta, aunque si consumen miel de producción local.

OBSERVACIÓN: En la mayoría de residencias de ancianos de los países occidentales se pueden encontrar a individuos que sobrepasan los 100 años, y es fácil que muchos de ellos superen ampliamente los 90. Y hablamos de individuos que, mayoritariamente, no han tenido una vida (ni de lejos) tan saludable como la de los hunzas, los vilcabambas o los abcasios. Por lo tanto, no debe sorprender que estos pueblos, que durante cientos de generaciones han vivido en armonía con la Naturaleza y siguiendo una alimentación completamente natural y una vida apacible (alejada del estrés y de los conflictos), pudieran alcanzar una longevidad tan pronunciada.

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