Limpiar una vivienda, en cierto modo, se parece a curar un cuerpo. Porque para curar un cuerpo, primero hay que limpiarlo. Y existen distintos niveles de limpieza a la hora de limpiar una casa. Desde pasar el plumero para quitar un poco el polvo por encima hasta hacer una limpieza profunda. Lo que requiere más tiempo, más recursos y más energía.
Las afecciones pulmonares (catarro, gripe, bronquitis, neumonía...) implican, todas ellas, un mayor o menor nivel de congestión, de mucosidad, de tos, y, por consiguiente, de toxinas. Por lo tanto, para que el afectado se cure será necesario hacer limpieza. Porque no se podrá descongestionar ni bajar la fiebre (si la hay) si primero no se desintoxica el organismo. La fiebre delata infección. Y la infección delata toxinas.
Uno de los mayores errores que comete la gente a la hora de curarse una de estas afecciones es recurrir a métodos, en el mejor de los casos, naturales, pero que cortan rápidamente el proceso de desintoxicación. Lo cual se considera, equivocadamente, como un éxito. Y que los síntomas remitan en uno o dos días no significa que tu cuerpo se haya desintoxicado. Normalmente, para eso, hacen falta más tiempo.
En medicina natural existen tres métodos primordiales para desintoxicar el cuerpo: ayuno, sauna y limpieza de colon.
En esta ocasión, os voy a decir cómo podéis llevar a cabo un semiayuno de unos pocos días para desintoxicar vuestro aparato respiratorio, tanto si estáis enfermos como si estáis sanos. En realidad, lo inteligente es hacerlo cuando uno está sano. Más que nada, por lo de Más vale prevenir que curar, pero, por supuesto, se puede hacer igualmente si estás enfermo. Naturalmente.
La idea es hacer una buena cantidad de caldo con repollo (un tipo de col), cebolla y apio; al que se puede añadir un chorro de limón justo antes de tomarlo. E, igualmente, una buena infusión de tomillo, llantén y jengibre, a la que se puede añadir miel de tomillo o eucalipto.
A lo largo del día, se va alternando la toma del caldo con la de la infusión (separados). En total, unas 6-8 tazas generosas en un día (para limpiar bien una casa o un cuerpo siempre hace falta agua). Y si hablamos de desintoxicar y descongestionar las vías respiratorias, estos líquidos han de tomarse calientes. Así, el efecto es mucho mayor.
La mejor opción, si uno está enfermo, sería no comer, sólo tomar estos líquidos. Pero si el paciente tiene hambre de verdad podría comer un puré de verduras o sémola de maíz con el caldo antes mencionado (una o dos veces al día), procurando no salirse del plan hasta que los síntomas remitan por completo.
Os puedo asegurar que quien siga esta sencilla pauta notará una enorme mejoría. Y al cabo de unos días podrá decir que se ha curado... habiendo desintoxicado su cuerpo.
Lo digo por experiencia.
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