Esencias florales para momentos muy desafiantes

Las esencias florales son elixires que recogen la energía de ciertas flores mientras maceran al Sol y que poseen la capacidad de equilibrar nuestra vibración. Y esto se puede conseguir mediante el uso de una esencia concreta o mezclando varias de ellas entre sí.


Las esencias florales no actúan a nivel químico sino vibracional, por lo que resultan completamente inocuas y compatibles con cualquier tratamiento que esté siguiendo una persona. Incluso los niños muy pequeños pueden tomarlas sin problema.
 
Cuando un ser humano está atravesando por un momento muy desafiante es imprescindible sacar a relucir todas esas cualidades que son propias de la Polaridad Masculina, personificada en la figura del padre y simbolizada por el Sol: fuerza, valor, coraje, resistencia, determinación, confianza, asertividad (ésta también está asociada a la Polaridad Femenina)...

En relación con estas mencionadas cualidades, existen dos esencias que a mí me gustan mucho: Girasol, del sistema del Mediterráneo y de California; y Olivo, del sistema de Bach.

GIRASOL
es la esencia de una flor que está todo el día mirando al Gran Padre: al Sol. Está repleta de su energía, de su fuerza, de su vitalidad, de su calor. Y además de potenciar todas las cualidades enumeradas anteriormente, también es muy útil para equilibrar el yo masculino, para favorecer una individualidad radiante y para reconciliarse con la figura del padre y con la autoridad. Asimismo, cuando el ego está en exceso (orgullo, vanidad, narcisismo) o por defecto (baja autoestima, desvalorización).

En un plano más sutil, equilibra el binomio masculino-femenino y actúa sobre los chakras raíz y corazón.


El OLIVO, por su parte, es un árbol recio, fuerte, resistente, duro, longevo, muy Yang. Y, por lo tanto, tomar la esencia de sus flores nos conecta con todas esas citadas cualidades, inherentes a la Polaridad Masculina, además de ayudarnos a la regeneración, a fortalecernos y a revitalizarnos.

Es una esencia óptima cuando uno atraviesa por períodos de mucho estrés, cansancio o agotamiento, cuando flaquean las fuerzas, cuando hay fatiga física o mental, cuando uno se siente desgastado, o exhausto después de un gran trabajo o una lucha intensa.

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