Cada frase que pronunciamos tiene un impacto en nuestra mente inconsciente. Un impacto que puede ser favorable o desfavorable para nosotros. Sobre todo, porque nuestra mente inconsciente se toma todo lo que decimos al pie de la letra, o sea, literalmente. No distingue entre realidad e ironía. Ni sabe lo que es el doble sentido.
Veamos a continuación algunas de estas expresiones de uso común, cómo nos afectan a fuerza de utilizarlas repetidamente y algunas alternativas mucho más recomendables.
- "No estoy seguro". Alimenta la inseguridad. Es mucho mejor decir algo como "No lo sé".
- "Estoy muy liado". Alimenta la confusión mental y, a la larga, dificulta la capacidad de discernimiento. Mejor decir algo tan simple como "Estoy muy ocupado".
- "Necesito...". Alimenta la dependencia. Mejor decir algo como "Me gustaría que..." o "Te pido que...".
- "No puedo". Alimenta la impotencia. Nos desempodera. Daña la autoestima. Mejor decir algo como "(Ahora mismo) no sé cómo hacerlo".
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