¡Cuidado!, tu subconsciente entiende los silogismos.


El silogismo es una forma de razonamiento deductivo bastante simple. Te lo explico a continuación con un par de ejemplos:

Ejemplo 1)
Primera premisa: Todos los planetas son redondos.
Segunda premisa: Marte es un planeta.
Conclusión: Marte es redondo.

Ejemplo 2)
Primera premisa: Los escorpiones son venenosos.
Segunda premisa: Los venenos nos pueden matar.
Conclusión: Los escorpiones nos pueden matar.

Nuestra mente inconsciente tiene una enorme capacidad para recordar, y también ejecuta como órdenes (que tenderán a cumplirse tarde o temprano) todo aquello que digamos en primera persona del singular y en presente de indicativo (p. ej.: Yo estoy delicado de salud, o Siempre fracaso en los negocios). Y aunque no es muy lista, sí que entiende los silogismos, de manera que tenderá a crear todas las circunstancias necesarias en nuestra vida para que terminen cumpliéndose (aunque pronunciemos la primera y la segunda premisas con una diferencia considerable de tiempo).

En consecuencia, convendría que tuviéramos cuidado a la hora de decir ciertas afirmaciones, porque ya os podéis imaginar qué conclusión puede sacar nuestra mente inconsciente... y qué consecuencias podría tener para nosotros.

Por ejemplo, si decimos algo como:

Ejemplo 1)
Primera premisa: El ser humano arrasa con todo. Es un auténtico cáncer.
Segunda premisa (tiempo después): Yo soy un ser humano. Y tengo mis derechos.
En este caso, nuestra mente inconsciente deducirá que como somos humanos, somos un cáncer. Con todo lo que eso puede conllevar...

Ejemplo 2)
Primera premisa: La crisis económica afecta a toda España.
Segunda premisa (tiempo después): Yo vivo en España, en un pueblo de la provincia de Valencia.
En éste, nuestra mente deducirá que como vivimos en España, ha de afectarnos obligatoriamente la crisis económica.

Ejemplo 3)
Primera premisa: Los obreros siempre son explotados por los empresarios. 
Segunda premisa (tiempo después): Yo soy un simple obrero; trabajo de peón de albañil en una obra.
En este último caso, mi mente inconsciente deduce que por el hecho de ser yo un obrero, necesariamente, tengo que ser víctima de la explotación laboral. Y por consiguiente, cocreará las circunstancias en mi vida para que yo viva en primera persona dicha explotación.

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