La Física aplicada a los seres humanos: "Rozamiento y amor".


Las piezas que componen el motor de un coche han sido diseñadas y fabricadas para que encajen perfectamente unas con otras: el pistón en el cilindro (donde se quema la gasolina), la biela que va unida al pistón (que transmite la fuerza y el movimiento del motor), etc.

Pero aunque dichas piezas encajen perfectamente entre sí, inevitablemente, experimentan un rozamiento. Y si no pusiéramos aceite lubricante en el motor, dicho rozamiento produciría un desgaste muy rápido y un aumento de la temperatura, lo que terminaría provocando que el motor se rompiera, e, incluso, que explotara.

Afortunadamente, el aceite lubricante minimiza el rozamiento de las distintas piezas, favoreciendo un movimiento suave y fluido del motor, e impide que la temperatura alcance un nivel peligroso.

Sin embargo, hay que estar atentos al chivato del aceite (esa luz en el salpicadero que avisa de un fallo o de una acción requerida), porque si se enciende indicará que el nivel de aceite está demasiado bajo (color amarillo), o bien que la presión ha disminuido y que el motor se está recalentado (color rojo).

Aparte de todo esto, también hay que renovar el aceite de vez en cuando.

Y algo muy parecido sucede con los seres humanos...

Aunque dos personas (en el mejor de los casos) encajen perfectamente en una primera etapa de su relación, si están muy juntas, tarde o temprano se producirán "roces" (conflictos) y un aumento de la "temperatura" (ira, rabia, enfado). Si esto no se corrige a tiempo, la "fricción" (conflictos) y el aumento de "temperatura" (que, dicho sea de paso, son acumulativos), fácilmente provocarán que esa unión (encaje de las piezas) se desgaste y termine rompiéndose (con o sin explosión=ira).

Por eso, conviene estar atentos al "chivato" (conciencia), porque si éste se enciende de color amarillo indicará que falta amor (lubricante) en esa relación, o bien que hace falta aplicarlo con mayor voluntad (presión).

Y aparte de todo esto, también será conveniente renovar ese amor (lubricante) de vez en cuando, para que sus distintas facetas se vayan adecuando eficazmente a las circunstancias de cada momento.

Ese amor (lubricante) del que os hablo no es otra cosa que respeto, cariño, comprensión, apoyo, tolerancia, escucha, perdón, confianza, empatía, sinceridad, delicadeza, voluntad, humor...

Comentarios