Diarrea


Las enfermedades intestinales son una epidemia hoy en día. Ya se trate de un colon irritable, una colitis ulcerosa o una Enfermedad de Crohn, cada día me encuentro con más casos, tanto dentro como fuera de mi consulta. Y uno de los síntomas característicos de todas estas enfermedades es la diarrea. Aunque muchas veces ésta puede manifestarse como un fenómeno aislado que no esté vinculado a ninguna de ellas.

Así y todo, más allá de las causas físicas, que pueden ser múltiples, la diarrea es la expresión de una situación conflictiva que nos invita a deshacernos de algo que nos sobra, que es tóxico... y que está dentro de nosotros: en el plano físico, son las heces; pero en el plano psicoemocional son pensamientos negativos y emociones tóxicas (ira, rabia, resentimiento...).

Asociada a la diarrea, hay situaciones que no han podido digerirse y que no se pueden asimilar, que no sientan bien. Y en el fondo, esas situaciones son útiles para el crecimiento de la persona, pero ella no lo ve así, de forma que, en vez de inspirarle gratitud, lo que despiertan es su rechazo.

Otro componente fundamental de la diarrea es el miedo. De hecho, algunas expresiones coloquiales (que todos conocemos) aluden al acto de la evacuación cuando uno siente un miedo intenso y repentino.

Una vez más, el inconsciente se deja sentir a través de las palabras, por lo que es frecuente escuchar en personas que padecen diarrea regularmente expresiones del tipo: Mi vida es una mierda, ¡Menuda mierda! (refiriéndose a una situación desagradable), Estoy de mierda hasta el cuello, o bien, Siempre soy yo el que se come los marrones.

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