Esta tarde, he ido a comprar a una ecotienda de Valencia y allí me ha reconocido y abordado una chica muy deportista, simpática, y, además, lectora de mi página web. Estaba interesada en comprar algún superalimento, de esos que venden ahora en polvo, que fuera rico en proteínas y que diera mucha energía. Pero me comentaba que casi todos eran muy caros, que la mayoría de ellos eran importados, cosa que no le hacía mucha gracia, y que si yo podía recomendarle alguno para hacerse batidos.
Yo le he dicho que si no quería invertir mucho dinero, y, además, apoyar con su compra un producto cien por cien mediterráneo, pues que se hiciera los batidos con leche de avellanas y harina de algarroba, porque yo no conocía opciones mucho mejores que esa.
La chica en cuestión pensaba que la algarroba era algo que se le daba a los caballos o a los cerdos como "relleno" para el forraje por ser un alimento "de chicha y nabo". Y nada más lejos de la realidad. Más bien, todo lo contrario. Es un alimento rico, saludable y completo. Lo lamentable es que todos los años se pudran en nuestros bosques cientos de toneladas de esta maravilla alimenticia que muchos desprecian en favor de otros alimentos "sofisticados", caros e importados (que no necesariamente son mejores).
La algarroba, como digo, es un superalimento mediterráneo que merece estar en un pedestal. Porque tiene un contenido moderado de proteínas (ningún exceso de éstas es saludable), es rica en calcio, magnesio y fósforo, combate la diarrea y el estreñimiento (sí, ambos), depura el hígado, reduce el colesterol, estimula los riñones, y aunque contiene muchos azúcares (naturales), se tolera perfectamente por los diabéticos (por su bajo índice glucémico). Además, el sabor de la algarroba recuerda al del chocolate... pero sin ninguno de los muchos inconvenientes del cacao (sobreexcita, altera, intoxica el hígado...).
En realidad, la harina de algarroba se podría añadir a cualquier otra leche vegetal, pero si hablamos de un batido para deportistas, mezclarla con leche de avellanas me parece una combinación óptima.
Las avellanas, por su parte, poseen muchos antioxidantes, altas dosis de vitamina E (antienvejecimiento), ácido fólico (excelente para las embarazadas), magnesio y grasas de excelente calidad (ácidos grasos esenciales).
Ah, y si queréis darle un toque extra de dulzor, podéis añadir a este combinado un poco de azúcar panela.
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En el plano emocional, la algarroba fortalece el carácter, dando la posibilidad de expresar lo que se siente, rebelándose contra lo injusto sin ser agresivo, y la capacidad de colocar a cada uno y a cada cosa en su sitio.
La avellana ayuda mucho a desarrollar la intuición y la concentración; y limpia la mente.
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