Si yo soy el presidente de un país que no tiene mar pero tiene minas de hierro es seguro que tendré que negociar con un país costero cercano al mío para poder exportar el mineral (a través de buques cargueros) y así poder obtener un beneficio de su venta. Sin embargo, es lógico, y legítimo, que ese país costero me pida a cambio de utilizar su costa un porcentaje de mis beneficios. Y para convenir un trato justo que nos beneficie mutuamente, por supuesto, tendremos que llegar a un acuerdo... y cumplirlo.
Si a mí me gustan los huertos ecológicos y vivo en un edificio con una gran terraza en la azotea que no se utiliza para nada, quizá pueda plantearle a la comunidad de vecinos el crear uno allí. Pero sería comprensible que dichos vecinos me pidieran algo a cambio de utilizar ese espacio común. Por ejemplo: una cierta cantidad de los vegetales que se cosechen. Y para convenir un trato justo que nos beneficie a todos, por supuesto, tendríamos que llegar a un acuerdo... y cumplirlo.
Si yo tengo una hija pequeña que le encanta jugar en el salón pero luego de jugar no recoge sus juguetes, seguramente tendré que hablar con ella para darle a entender que yo le puedo permitir que juegue en el salón... siempre y cuando, después de jugar, recoja sus juguetes. Y, por supuesto, para que esta idea se materialice, y los dos nos sintamos a gusto, tendremos que llegar a un acuerdo... y cumplirlo.
Si yo me doy cuenta de que mi salud se está deteriorando y veo la conveniencia de empezar a depurar mi cuerpo, quizá descubra que tomar todos los días el zumo de un limón en ayunas sea una opción interesante. Pero si de verdad pretendo ver resultados y que mi propósito no se quede en una vana declaración de intenciones, inevitablemente, tendré que llegar a un acuerdo conmigo mismo (compromiso)... y cumplirlo.
Por otro lado, en las relaciones de pareja también puede ocurrir que se den situaciones incómodas, desagradables, o que, simplemente, constituyan un reto. Y, a veces, para superar esas situaciones, y que ambas partes se sientan cada vez más a gusto, será conveniente llegar a acuerdos (a través de una adecuada comunicación)... y cumplirlos.
Exactamente igual que en otras tantas situaciones de la vida.
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