¡Clic!


Carolina: Estoy muy cansada.
Theo: ¿Por qué? ¿Qué te ocurre?
Carolina: Pues eso, que estoy cansada de mí misma y de la vida que tengo, de vivir en la precariedad, de no tener dinero para hacer las cosas que quiero hacer, como viajar o comprarme un coche, de no tener una casa en la que poder echar mis raíces. Cansada de vivir con miedo, de sentirme insegura y triste... Cansada de no tener estabilidad en mi pareja. Cansada de sentirme infeliz.
Theo: Y yo que te he visto siempre como una persona con suerte...
Carolina: Con mala suerte, querrás decir...
Theo: Todo lo contrario. Sé que has vivido situaciones muy desafiantes a lo largo de tu vida, pero al final has sobrevivido a todas ellas, ¿no?
Carolina: Tú lo has dicho muy acertadamente: he sobrevivido, pero yo tengo ganas de vivir, no de sobrevivir. Hay una gran diferencia...
Theo: Carolina, ¿sabes cuántos millones de personas hay en el mundo que tienen mucho dinero, una casa, un bonito coche o una pareja y no son felices?
Carolina: ¿Y no se puede tener todo eso, y, además, ser feliz?
Theo: ¡Por supuesto! Pero tú ya eres un ser bendecido por la vida, Carolina. Eres una mujer rica de espíritu, de imaginación, de inteligencia, de cordialidad...
Carolina: ¿Y de qué me ha servido todo eso? Mi vida es un completo fracaso.
Theo: ¿Por qué dices eso?
Carolina: Porque llevo ya mucho tiempo tratando de superarme, de hacer las cosas cada vez mejor, aprendiendo nuevas técnicas para crecer y evolucionar, procurando no hacer daño a nadie... pero parece que no llego a esa felicidad que tanto anhelo. Supongo que será porque en el fondo soy torpe. Y, desde luego, de bien poco me sirve la inteligencia si no me ayuda a ser feliz y a vivir en paz. Creo que todavía estoy a años luz de conseguirlo. Tal vez no estoy haciendo lo suficiente. A lo mejor tendría que esforzarme más.
Theo: A lo mejor no es una cuestión de distancia ni de esfuerzo. Puede que no estés ni lejos ni cerca de conseguir tus objetivos. Y es posible, además, que no tengas que esforzarte demasiado para alcanzarlos.
Carolina: No te entiendo, Theo. ¿Qué quieres decir con todo eso?
Theo: Pues que creo que lo que te separa de todo eso que tanto anhelas es un simple... ¡clic!
Carolina: ¿Un clic?
Theo: Sí, me refiero a un cambio interno. Un cambio que provocaría una reacción en cadena en tu vida. Un cambio importante que te permitiría conseguir todo eso que anhelas, prácticamente, de la noche a la mañana.
Carolina: ¿Y qué se supone que tendría que cambiar?
Theo: Simplemente, tratar de mantener un estado interno... más allá de tus circunstancias. Un estado de merecimiento, de confianza y de alegría. Es decir, tratar de sentir que mereces lo que anhelas. Y sentir que lo mereces, no por lo que tienes, sino por lo que eres. Luego, confiar en que te va a llegar y sentirte agradecida por ello. Y por último, lo más importante: sonríe, conecta con la alegría y procura mantenerte ahí, en ese punto, sosteniéndolo.
Carolina: ¿Y dónde está el truco?
Theo: No hay truco, Carolina. Verás, una persona feliz se siente merecedora de aquello que posee. Siente confianza en sí misma y en la vida. Y también se siente alegre más allá de sus circunstancias. Por tanto, si tú eres capaz de crear y sostener ese estado interno atraerás la felicidad a tu vida... con todo lo que esa experiencia supondría para ti.
Carolina: ¿Sabes, Theo?, a veces me pareces sobrehumano.
Theo: ¡Jajajaja!

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