Cuando hace poco más de un mes empecé a experimentar conmigo mismo esta técnica (sin grandes expectativas), no imaginé que pudiera ser tan versátil, tan sumamente eficaz, y, en muchos casos, tan rápida. Por eso, decidí aplicarla en personas de mi entorno, obteniendo resultados excelentes, y, en ocasiones, espectaculares.
EFT (Técnicas de Liberación Emocional), también conocido como tapping, es una metodología de sanación altamente eficaz que combina elementos de la digitopuntura y la terapia energética y posee un efecto neutralizador muy poderoso a la hora de tratar emociones negativas de cualquier tipo (ansiedad, depresión, fobias, traumas...). Y son ese tipo de emociones sostenidas las que causan enfermedades, dolencias, conflictos que se repiten (pareja, familiares, laborales...) o bloqueos (por ejemplo, con el dinero).
Muchas de estas situaciones, que tienen que ser tratadas durante meses o años con otras terapias, pueden ser reducidas o eliminadas en unas pocas sesiones mediante EFT (casi siempre suele haber un antes y un después de la primera sesión). Otras requieren de mayor persistencia, pero, en cualquier caso, sus resultados son siempre permanentes. Además, el tapping no es un remedio temporal, es una técnica que va a la raíz del problema para solucionarlo completamente.
El tapping lo que hace, en esencia, es cambiar un programa dañino insertado en nuestro inconsciente por un programa que sana, equilibra y desbloquea a la persona. Y lo hace, como comento, de una forma simple, eficaz, y, muchas veces, sorprendentemente rápida.
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