La médica



Paciente: ...la verdad es que me dijeron que usted era una doctora muy especial, pero no imaginaba esto. Estoy muy sorprendido.
Médica: (Dulcemente) Te agradecería que me tutearas, Ramón; me sentiría más cómoda. También puedes llamarme Mara, que es mi nombre. Y sí, comprendo que estés un poco sorprendido por mi ropa hippie, mis tatuajes y mis piercings. Es mi forma de ser. Me hace feliz expresarme así.
P: No, si me encanta; sólo que estoy sorprendido. No esperaba encontrarme con una médica así.
M: Aunque estudié medicina, me gusta verme como una sanadora del alma y como una educadora para la felicidad.
P: (Sonriendo) Me gusta la idea. Suena fenomenal.

Una semana más tarde...

Ramón: ...entonces, ¿qué opinas, Mara? ¿Lo mío tiene solución? ¿No soy un caso imposible?
Mara: (Riendo) ¡Jajajaja! ¡Claro que no, hombre! No hay nada imposible en el Universo, Ramón. Dios no tiene esa palabra en su vocabulario, y te sugiero que tú la elimines del tuyo.
Ramón: (Dubitativo) Pero después de ir a tantos médicos, a tantos terapeutas... no he conseguido nada. No sé...
Mara: Lo primero es que creas que puedes superar este desafío que te lanza la vida. El Universo no puede retarte a hacer algo que tú no puedas superar. Te lo aseguro. Yo te invito a que creas que puedes superarlo; simplemente. Y deja que el Universo se encargue del cómo. Si tú muestras confianza, lo demás llegará. Es cien por cien seguro. Totalmente seguro.
Ramón: Me parece lógico lo que dices, así que lo tendré en cuenta. ¿Y cómo puedo empezar a sanarme, Mara? ¿Has preparado alguna receta para mí?
Mara: Sí, Ramón, te espera un camino maravilloso, ya verás. Mi deseo más profundo es que disfrutes de tu proceso, y que poco a poco vayas adentrándote más y más en el amor, en la armonía, en la fuerza y en la salud. Tú estás hecho para disfrutar. Has venido a este mundo para ser feliz. Y te agradezco que me hayas elegido para orientarte y acompañarte en este camino. Es un honor para mí.
Ramón: (Emocionado) El honor es mío, Mara; siento que tus palabras ya me están curando...
Mara: Me alegra mucho escuchar eso, Ramón. Bueno... a lo que íbamos: he apuntado aquí una lista de cosas que seguro que te pueden ayudar muchísimo en tu proceso. Te cuento: lo primero es alimentarte bien, con alimentos naturales, vivos e integrales. Esto es fundamental. Te lo explico detalladamente en esta documentación. También es importante que bebas un agua de muy buena calidad. Si puedes invertir en un depurador, te lo recomiendo; sería la mejor opción. Y no me olvido de respirar: hacer varias respiraciones lentas y profundas varias veces cada hora.
Ramón: Fenomenal, hasta el momento me gusta todo lo que me dices.
Mara: Lo siguiente es que te levantes un poco antes de que salga el Sol, vas a la playa y lo miras fijamente durante diez segundos, y cada día incrementas diez segundos más. Nunca debes mirarlo transcurrida una hora después de que haya salido ni antes de la hora previa al ocaso. De ese modo, no te dañará la vista. Habla con el Sol mientras lo mires, permite que su luz, su calor, su fuerza y su energía entren dentro de ti, que inunden cada rincón de tu cuerpo. Visualiza cómo esa energía te da todo lo que necesitas para ser feliz: fuerza, vitalidad, valor, alegría, abundancia, armonía, poder, salud... Hazte amigo del Sol, Ramón. Respétalo y te dará todo lo que necesites. Hónralo con tus gestos, con tu mirada, con tu humildad, y te ayudará a ser lo que verdaderamente eres. Porque en el fondo, tú eres como él. Exactamente igual. Lo que pasa es que aún no te has dado cuenta.
Ramón: (Sonriente) Pues... ahora que lo pienso... cuando yo era pequeño mucha gente, empezando por mi madre, me decía que yo era un solete.
Mara: Jejeje. ¿Tú ves? Eso era para que ya te lo fueras creyendo...
Ramón: Qué curioso...
Mara: En tu caso, también es muy importante que aprendas a parar tu mente y a tener control sobre tus pensamientos. Y para tal efecto, te puede venir estupendamente aprender a meditar. En las hojas que te doy también está explicado cómo hacerlo. Verás que es muy sencillo. Puedes empezar con diez minutos por la mañana y otros tantos por la noche. Cuando consigas mirar al Sol varios minutos, podrás aprovechar parte de ese tiempo para meditar.
Ramón: Voy tomando nota de todo...
Mara: Lo último que quería comentarte es que en la consulta anterior me dijiste que cuando eras un veinteañero te encantaba ir de discoteca con tus amigos, y que a menudo eras el rey de la pista, ¿no?
Ramón: Sí, así es; bailar era una de las cosas que más me gustaba en este mundo. Me hacía tan feliz... que a veces hasta me olvidaba de ligar.
Mara: Jejeje... te comprendo perfectamente. A mí me pasaba igual. Pues mira, otra sugerencia es que encuentres algunos huecos en tu día a día para bailar a tope, con toda tu alma, aunque sean cinco minutos cada vez. Preferiblemente, alguna canción movidita que te encante, de esas que te invitaban a darlo todo cuando salías a la pista. ¿Me explico?
Ramón: Como un libro abierto.
Mara: Pues eso, baila, mueve todo tu cuerpo, salta, siente cómo la música entra dentro de ti y te posee. Es esencial que te abandones, que en ese momento sueltes el control, que te dejes llevar, que fluyas... ¿Me sigues?
Ramón: Sí, tienes toda la razón, Mara. He sido demasiado controlador, y eso agota la energía, multiplica las preocupaciones y la frustración. Porque al final no podemos tenerlo todo controlado. Así que quiero aprender a soltar y a confiar en que todo estará perfectamente bien si es el Universo el que controla.
Mara: Esa es, justamente, la idea, Ramón: que sueltes el control y que se lo entregues al Universo. Él sabrá exactamente qué hacer.
Ramón: ¿Algo más?
Mara: De momento, eso es todo... que no es poco. ¿Sabes?, viendo tu intención y tu disposición, tengo la completa seguridad de que la próxima vez que nos veamos te sentirás mucho mejor y habrá mucha más armonía en tu vida. Ya verás.
Ramón: Presiento que así será, Mara. ¿Y puedes adelantarme un poco de la siguiente consulta?
Mara: Seguramente, te enseñaré a sanar la relación con tus padres. Esto es algo imprescindible para que te vaya bien en la vida. Es un trabajo muy importante que todo el mundo está llamado a hacer. Es fundamental para que haya armonía, salud y plenitud en tu vida. Luego, también te explicaré cómo las esencias florales pueden ayudarte a sanar heridas del pasado. Y también te enseñaré una técnica muy sencilla para que te vayas liberando de esas emociones y creencias limitantes que te alejan de la felicidad.
Ramón: ¡Uff!, creo que ya me están entrando ganas de volver...
Mara: Me alegra tu entusiasmo, Ramón, te será muy útil en tu proceso. Y ahora, enfoquémonos en lo que hemos comentado hoy. Te espera una aventura apasionante, una vida nueva... y sobre todo, vas a descubrir a un Ramón que ni imaginabas que existía: una versión de ti mismo que te sorprenderá y que superará todas tus expectativas.

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