Muchas veces, han venido personas a mi consulta que, además de tener problemas de salud, se sentían muy confusos. Confusos porque pensaban que se estaban cuidando, que seguían una alimentación saludable, y, sin embargo, esos problemas de salud delataban inequívocamente que algo no iba bien. Y es que alimentarse saludablemente es algo extraordinariamente complejo. No se aprende en un taller de pocas horas, ni leyendo algunos artículos por Internet. Hacen falta muchos años de experiencia para llegar a comprender qué factores alimenticios están enfermando a una persona y que podría hacer ésta para superarlos.
Os voy a hablar de cinco alimentos que pueden ser muy saludables o muy perjudiciales para la salud dependiendo, fundamentalmente, de cómo se ingieran.
1) LIMÓN. El alimento más depurativo que conozco. El más alcalinizante. Uno de los más curativos que puedas tomar... siempre y cuando lo ingieras sin mezclar con otros alimentos. Si lo añades a tus ensaladas o comidas se convertirá en todo lo contrario: perjudicial, insalubre. Recuerda: el limón debe tomarse solo, con el estómago vacío y sin mezclar con otros alimentos. Pero como toda regla tiene su excepción, te diré que, en realidad, sí que combina bastante bien mezclado con manzana, con kiwi o con piña. Ah, y mejor que lo tomes con pajita, si no quieres que te estropee el esmalte dental.
2) FRUTA. Tres cuartos de lo mismo que he comentado sobre el limón puedo decir de la fruta: maravillosa cuando se come sola, y muy perjudicial para la salud cuando se toma a diario como postre. Tampoco es saludable mezclar varias frutas distintas entre sí, a excepción de la manzana con las ácidas (limón, cítricos, piña. kiwi y fresa).
3) ACEITE. La razón de ser del aceite en nuestras comidas es bien simple: darles sabor; no inundarlas. Sin embargo, a poco que te pases de cantidad, cualquier cosa que comas con aceite te resultará pesada y difícil de digerir. Y no hablo solamente de frituras, sino del aceite que se añade en crudo a ciertos alimentos, como un hervido, una ensalada o una tostada. El exceso de aceite dificulta las digestiones, frena la circulación sanguínea, hace que la piel se vuelva seca o grasa, y, a nivel psicológico, propicia que las personas nos volvamos lentas y espesas.
4) FRUTOS SECOS. Se trata de alimentos estupendos y saludables, y una excelente fuente de aminoácidos... siempre y cuando se coman de la siguiente manera: un solo tipo cada vez (evitando mezclarlos entre sí), ni fritos ni tostados, sin mezclarlos con otros alimentos concentrados (carne, pescado, huevos, legumbres, cereales o patatas), y, sobre todo, con mucha moderación (no más de lo que cabría en la palma de tu mano). Nota: algunas personas encuentran que les sientan mejor los frutos secos si éstos se ponen a remojo una noche entera (luego, se tira el agua del remojo).
5) AGUA. No sólo somos lo que comemos. También somos lo que respiramos y lo que bebemos (nuestro cuerpo se compone de agua en casi un 70%). Sí, podemos vivir sin comer varias semanas, pero no podemos sobrevivir más de dos o tres días sin beber. El agua es esencial para la vida y para nosotros... pero no cualquier agua. Desde luego, si lo que pretendes es tener salud, no vale el agua del grifo. Y conviene saber que ésta no se hace saludable cuando la hervimos para cocinar. Al contrario: todo lo que tiene de residuos y de sustancias perjudiciales se quedan concentrados en la cacerola, enmascarados con el sabor de los alimentos. Te invito a que lo pienses: ¿cómo puede repercutirte a lo largo de los años la calidad del agua que bebes, si todos los días de tu vida tomas un mínimo de 2 litros de agua? ¿De veras piensas que da igual beber un agua que otra?
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