La voluntad no conoce limitaciones


Hace algún tiempo me enteré de que un tal Pablo Pineda, un muchacho de Málaga, había sido la primera persona de Europa con síndrome de Down en sacarse un título universitario (magisterio, y, posteriormente, por si fuera poco, psicopedagogía). Además de esto, es escritor, conferenciante y trabaja para una ONG (Fundación ADECO), llevando a cabo tareas de sensibilización y formación para el público empresarial y la sociedad en general.

Según el mismo ha comentado en alguna ocasión, cuando alguien le decía que era una persona especial él solía contestar:

Lo que tengo de especial son unos padres y un entorno que han luchado para que yo sea lo más autónomo posible.

Ahí queda eso.

Recuerdo, cuando yo era pequeño, cómo a las personas que padecían síndrome de Down se les solía denominar subnormales. Luego, con el tiempo, esa denominación pasó a retrasados mentales. Y más recientemente, a discapacitados intelectuales

Sin embargo, ya existen muchos profesionales que buscando un lenguaje más políticamente correcto, y, sobre todo, huir de la estigmatización social, hablan de diversidad funcional. Lo cual, dicho sea de paso, me parece estupendo. Lo suscribo.

Comoquiera que sea, Pablo Pineda no es un caso aislado. Hay miles. Como el de Nick Vujicic (australiano), un chico que nació sin extremidades, y que, además de ser un conferenciante de gran éxito, posee una doble licenciatura y lleva una vida de completa autonomía.

Desde luego, Pablo y Nick podrían ser dos casos extremos. Los de dos personas que teniendo, aparentemente, grandes limitaciones, han llegado muy lejos; muy, muy lejos. Así que si ellos, que tenían esas grandes limitaciones, han conseguido lo que parecía imposible, ¿qué puede llegar a conseguir una persona que no las posea?

En esta historia hay algo que tengo muy claro: si Pablo y Nick han llegado hasta donde han llegado es porque, por encima de todo, creían en sí mismos. Y porque donde otros veían una limitación imposible de superar, ellos veían un reto y una oportunidad de superación. Total: que lo que importa es la actitud con la que afrontas una realidad... más que la propia realidad que te ha tocado vivir.

Tú puedes pensar que no eres físicamente agraciado y que por eso jamás tendrás una pareja, que no tienes dinero y que por eso nunca podrás comprar una casa, que no eres inteligente y que por eso nunca podrías sacarte una carrera universitaria, o que, simplemente, tienes tus limitaciones, y que hay cosas que están fuera de tu alcance. Pero casos como el de Pablo, Nick, u otros muchos, nos demuestran cotidianamente que la voluntad es capaz de llegar ahí donde otros piensan que no es posible llegar.

Porque, a fin de cuentas, no hay peor discapacidad que la de sentirse o creerse uno incapaz de conseguir algo.

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