7 falsos mitos o medias verdades sobre alimentación

1) La patata, el aguacate, la fruta o el tomate engordan. Engorda la patata si se come con carne o pescado, por ejemplo. Engorda el aguacate si se come en un cóctel de gambas con mayonesa. Engorda la fruta si se toma como postre. Y engorda el tomate si a la ensalada se añade vinagre o limón. Es decir, engordan los alimentos dependiendo de cómo se combinen. Y también pueden engordar si se comen inadecuadamente. Por ejemplo: si no se mastican lo suficiente.

2) Los lácteos son la mejor fuente de calcio. Habría que añadir: ...para una vaca, pero no para las personas. La leche de la mujer (la ideal para el ser humano en el período de lactancia) contiene una proporción de calcio-fósforo (este último mineral es esencial para absorber el calcio) de 2,35 a 1, mientras que la de vaca tiene una proporción de 1,27 a 1. Estudios científicos (Dr. Frank Oski, Universidad de Syracuse, Nueva York) recomiendan que las fuentes de calcio que se vayan a ingerir tengan una proporción de 2 a 1 o mayor. La leche de vaca, además, es muy rica en proteínas y grasas y muy pobre en hidratos de carbono, mientras que la de mujer es muy rica en hidratos de carbono y pobre en proteínas y grasas (menos el calostro), justo al revés que la de vaca. Todo esto, propicia que cuando el ser humano toma regularmente leche de vaca crezca muy rápido y adquiera una gran talla (niños y adolescentes), pero pagando el precio de tener unos huesos más esponjosos y porosos, y, por tanto, más frágiles y quebradizos (los lácteos es uno de los grupos de alimentos, junto con los comestibles refinados, que más contribuyen a la osteoporosis). Eso sin contar la carga tóxica que conllevan los lácteos industriales de hoy en día (animales criados cruelmente y que comen piensos sintéticos), favoreciendo la acumulación de toxinas y de flemas en el organismo.

3) La carne da mucha fuerza. Si entendemos fuerza por energía, entonces nada más lejos de la realidad. La carne favorece la creación de músculo (De lo que se come, se cría), sí, pero una cosa son músculos y otra muy distinta fuerza (la energía que los mueve). A la capacidad que posee un alimento para proporcionarnos energía habría que restarle la necesaria para poder digerirlo, y la carne necesita mucha energía para poder ser digerida; mucha. Fijaos en que cuando un león termina de saciarse con una presa, luego necesita descansar durante días enteros para poder hacer la digestión, no le queda fuerza para nada más, ¡y eso que es un carnívoro puro! ¿Tú te sientes igual después de haber comido un plato de pasta con ensalada que un buen chuletón? Haz la prueba y verás...

4) Todas las vitaminas y los minerales de los vegetales están en la piel. En la piel de los vegetales están una parte de las vitaminas, no todas; concretamente, esos nutrientes que son afines a nuestra piel y mucosas (una mucosa es como una piel en el interior del cuerpo). Una vez más, De lo que se come, se cría.

5) Para que el ser humano esté caliente tiene que tomar alimentos cocinados. Yo pensaba que éramos animales de sangre caliente, no de fría. Y me pregunto: ¿cómo conseguían mantener una temperatura adecuada los seres humanos primitivos, antes de que se inventara el fuego? ¿Estaban helados por comerlo todo crudo? Es un hecho que todos los animales salvajes de sangre caliente obtienen su calor corporal, no por ponerse al Sol ni por tomar alimentos calientes sino como consecuencia de reacciones metabólicas (lo que se conoce comúnmente como quemar calorías). Ahora bien, es cierto que nosotros somos una especie que se ha diseminado por todo el planeta, y hemos poblado zonas frías, o que están sujetas a estaciones. Por eso, no viene mal que en invierno nos ayudemos de alimentos calientes (no demasiado) para atemperar nuestra temperatura corporal. Pero esto es sólo una ayuda, un refuerzo. Convendría que los alimentos crudos en forma de fruta y ensaladas estuvieran presentes en nuestra dieta incluso en invierno, pero, eso sí, tomándolos del modo adecuado, y quizá en una proporción distinta a como lo haríamos en verano.

6) El cuerpo necesita dulces para que funcione correctamente el cerebro. El cuerpo, y el cerebro, concretamente, necesita azúcares... naturales, no chuches ni bollería industrial. Los azúcares refinados es cierto que producen una descarga energética en el cuerpo, un efecto como de subidón... pero pagando un precio por ello: el que nos roben nutrientes del organismo. Exactamente igual que una droga. Si lo que buscamos es alimento para el cerebro sin pagar peaje, nada como los azúcares de la fruta o como las grasas de baja densidad molecular, como las del aguacate o las de las almendras.

7) Hay que estar bien alimentado para estar sano. La alimentación es algo muy importante en la vida del ser humano (Somos lo que comemos). Insisto: muy importante. Es esencial. Pero no es lo más importante. No es determinante. Y la prueba de ello es que hay gente que no se alimenta adecuadamente y disfruta de una excelente salud, y hay gente que se alimenta estupendamente y tiene una salud muy precaria. ¿Por qué? Porque lo que marca la diferencia es la actitud, el cómo uno se toma las cosas, el cómo uno enfoca la realidad. El alimento no es sólo lo que entra por la boca (No sólo de pan vive el hombre), es todo aquello que vivimos, los libros que leemos, las personas que conocemos, las películas que vemos, los lugares que visitamos... Para estar bien nutrido es necesario masticar bien la vida y sacarle jugo a lo que vivimos (aprender). Esto es lo que, primordialmente, nos permite crecer, desarrollarnos y ser cada vez más felices. Claro que... comer sano ayuda.

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