Un tal Kellog (John Harvey), en la época victoriana, inventó el concepto de cereales para el desayuno. Hasta entonces, los granos habían desempeñado un papel preponderante en la alimentación humana, pues, de hecho, cuando el ser humano dejó de ser nómada y se hizo sedentario la primera planta que cultivó fue el cereal. Por eso, al lado de toda gran civilización ha habido siempre algo como arroz, kamut, espelta, avena, centeno...
Sin embargo, el tal Kellog quiso ampliar horizontes, ofreciendo al consumidor de las primeras grandes ciudades una manera cómoda y rápida de tomar un desayuno nutritivo. Y lo logró. Vaya que sí...
De ese modo, partiendo de las semillas de maíz, las convirtieron industrialmente en hojuelas tostadas y empaquetadas que empezaron a venderse como churros, alcanzando un enorme éxito entre la población de Michigan.
Desde luego, ha llovido mucho desde entonces. Aunque el concepto de cereales para el desayuno no ha perdido ni un ápice de vigencia. Lo que sucede es que este bienintencionado concepto se ve hoy mancillado por la amenazante sombra de los cultivos industriales, en los que se utilizan fertilizantes químicos, pesticidas, y, muchas veces, semillas transgénicas. Eso sin contar los minerales y las vitaminas sintéticas que se les añaden a estos alimentos para, supuestamente, enriquecerlos.
Yo tengo una máxima que nunca me ha fallado: Lo natural siempre es lo mejor. Así que, puestos a tomar corn flakes (literalmente, copos de maíz), ¿por qué no adquirir unos que sean 100% naturales y ecológicos?
Si es eso lo que buscáis: disfrutar de unos deliciosos copos de maíz que, además, sean ecológicos, naturales y saludables, no busquéis más. Para eso están los Corn Flakes de Barnhouse.
Personalmente, son los más sabrosos y de mejor textura que he probado en mi vida. Y se pueden mezclar, no ya sólo con leche vegetal (almendra, arroz, avena, avellana, etc.), sino, incluso, con agua y un poco de azúcar, o miel con canela (una poderosa mezcla medicinal). O también les podéis añadir manzana rallada, o plátano maduro en rodajas, o regarlos con sirope de manzana o de arce (delicioso)... Dan mucho juego. Incluso podrían prepararse con verduras, tipo sopa. Combinan perfectamente.
Igualmente, se pueden tomar para merendar, o, incluso, en cualquiera de sus formas de preparación, como una cena rápida y ligera.
Los encontraréis en herboristerías y ecomercados.
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