No se trata de ninguna broma. Es, más bien, lo que puede llegar a suceder cuando se
unen necesidad, imaginación, y, sobre todo, conciencia. Y es lo que ha
conseguido Simon Dale, un padre de familia y talentoso fotógrafo galés
que ni es arquitecto, ni ingeniero, ni carpintero ni tenía ninguna
experiencia previa en la construcción de casas (por muy increíble que
parezca).
Su interés por la ecología y la sostenibilidad le llevaron a acometer este maravilloso y barato sueño.
Básicamente, la casa está edificada con materiales de la zona (madera, piedra, paja, etc.), elementos reciclados y sirviéndose de herramientas que no necesitan enchufe (puestos a ser ecológicos...).
La vivienda se calienta con una chimenea, y cuenta con un panel solar para las necesidades básicas de electricidad y con un techo-jardín que aísla enormemente del frío y del calor.
Para colmo, la vivienda es amplia, confortable, original... y preciosa.
Pero mejor que le echéis un vistazo.
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