Mediante nuestros ojos, y gracias a la luz que los ilumina, vemos y reconocemos los objetos y los seres que nos rodean, el entorno, el paisaje, el camino por el que andamos... Pero también, simbólicamente, la vida (punto de vista).
Efectivamente, el sentido de la vista representa y simboliza nuestra visión de las cosas y de las personas, nuestro enfoque, nuestro prisma, nuestra óptica...
Así pues, una correcta visión implica apreciar las cosas en su justa medida, es decir:
- tal como son, sin agrandarlas ni empequeñecerlas;
- sin distorsiones (astigmatismo),
- sin opacidades o enturbiamientos (cataratas),
- sin irritaciones (conjuntivitis o retinitis),
- sin cansarse (presbicia), etc.
Es raro encontrar a individuos con defectos en la vista entre los miembros de tribus salvajes, los cuales suelen vivir en armonía con la Naturaleza. Sin embargo, en la sociedad moderna lo raro es encontrarlos sin anomalías en la visión. Lo habitual, por contra, es hallar a personas que:
- no ven tres en un burro (miopes),
- no ven lo que tienen delante de sus narices (hipermétropes),
- ven las cosas sin la suficiente nitidez o bien no terminan de verlas claras -o sea, borrosas- (astigmáticos),
- no calculan bien las distancias (estrabismo),
- tienen algo importante o recurrente en sus vidas que no quieren ver (cataratas, ceguera),
- están cansadas de ver ciertas cosas (presbicia),
- se sienten irritadas ante la visión de algunos acontecimientos (conjuntivitis),
- se reprimen en el acto de llorar, o bien lo recortan (lagrimeo);
- tienen algo que les molesta o que les dificulta la visión de la realidad (cuerpos extraños).
En el mejor de los casos, recurrir a la óptica (gafas, lentillas) o a la cirugía puede remediar estas anomalías pero en ningún caso resuelve el conflicto original que ha desencadenado el síntoma (en general, una visión inadecuada o incorrecta de la realidad que se prolonga en el tiempo o que se agrava). Además, me llama la atención que muchos ópticos que he conocido utilizan gafas... pero no se operan de la vista. Y también es de destacar que la mayoría de la población mundial es hipermétrope, acaso porque las personas tendemos a ver la paja en el ojo ajeno y no advertimos la viga que tenemos delante del nuestro.
Por supuesto, estas disfunciones oculares pueden mejorarse o corregirse completamente (sé de casos) esforzándonos por ver las cosas tal como son (sin quitarles ni añadirles nada), tratando de ver a los demás con buenos ojos y no apartando la vista cuando tenemos delante de nosotros algo o alguien que nos desagrada. Resulta mucho más constructivo, y saludable, afrontar las distintas situaciones que nos propone la vida a cada momento que huir de ellas.
Efectivamente, el sentido de la vista representa y simboliza nuestra visión de las cosas y de las personas, nuestro enfoque, nuestro prisma, nuestra óptica...
Así pues, una correcta visión implica apreciar las cosas en su justa medida, es decir:
- tal como son, sin agrandarlas ni empequeñecerlas;
- sin distorsiones (astigmatismo),
- sin opacidades o enturbiamientos (cataratas),
- sin irritaciones (conjuntivitis o retinitis),
- sin cansarse (presbicia), etc.
Es raro encontrar a individuos con defectos en la vista entre los miembros de tribus salvajes, los cuales suelen vivir en armonía con la Naturaleza. Sin embargo, en la sociedad moderna lo raro es encontrarlos sin anomalías en la visión. Lo habitual, por contra, es hallar a personas que:
- no ven tres en un burro (miopes),
- no ven lo que tienen delante de sus narices (hipermétropes),
- ven las cosas sin la suficiente nitidez o bien no terminan de verlas claras -o sea, borrosas- (astigmáticos),
- no calculan bien las distancias (estrabismo),
- tienen algo importante o recurrente en sus vidas que no quieren ver (cataratas, ceguera),
- están cansadas de ver ciertas cosas (presbicia),
- se sienten irritadas ante la visión de algunos acontecimientos (conjuntivitis),
- se reprimen en el acto de llorar, o bien lo recortan (lagrimeo);
- tienen algo que les molesta o que les dificulta la visión de la realidad (cuerpos extraños).
En el mejor de los casos, recurrir a la óptica (gafas, lentillas) o a la cirugía puede remediar estas anomalías pero en ningún caso resuelve el conflicto original que ha desencadenado el síntoma (en general, una visión inadecuada o incorrecta de la realidad que se prolonga en el tiempo o que se agrava). Además, me llama la atención que muchos ópticos que he conocido utilizan gafas... pero no se operan de la vista. Y también es de destacar que la mayoría de la población mundial es hipermétrope, acaso porque las personas tendemos a ver la paja en el ojo ajeno y no advertimos la viga que tenemos delante del nuestro.
Por supuesto, estas disfunciones oculares pueden mejorarse o corregirse completamente (sé de casos) esforzándonos por ver las cosas tal como son (sin quitarles ni añadirles nada), tratando de ver a los demás con buenos ojos y no apartando la vista cuando tenemos delante de nosotros algo o alguien que nos desagrada. Resulta mucho más constructivo, y saludable, afrontar las distintas situaciones que nos propone la vida a cada momento que huir de ellas.
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