El otro día mantenía una conversación con un amigo en la que éste concluyó que ciertos miedos le impedían hacer una vida social normalmente, ya que el hecho de encontrarse en grupo, con otras personas, solía producirle una incomodidad que, las más de las veces, devenía en malestar; y que, en última instancia, le hacía sentir que se hallaba ante un obstáculo prácticamente insalvable.
Entonces me paré a diseñar una posible solución para su caso, inspirada en algunas estrategias que yo mismo había recomendado a otras personas y que habían resultado ser muy exitosas. La idea era muy sencilla.
Se trataba de escribir en un folio 30 cosas que le dieran miedo. Desde aquéllas que le producían un pequeño temor hasta esas otras que pudieran amedrentarle terroríficamente (pánico). En los dos extremos podríamos encontrarnos, por ejemplo:
- Pequeño temor: decirle un piropo (o algo semejante) a una/un vecina/o muy atractiva/o con la/el que a veces coincidimos en el ascensor.
- Temor paralizante: volar en avión.
Esos 30 miedos se dividen en 3 categorías: A, B y C (ó 1, 2 y 3). En el apartado A incluiríamos los temores más pequeños, en B los que mayor envergadura y en C los que se nos antojan como prácticamente insuperables.
Luego, hay que desarrollar un plan de actuación en el tiempo con un calendario delante (preferiblemente, poniendo fecha al momento de afrontar cada miedo). Por ejemplo, darse un plazo de un mes (supongamos que durante el próximo mes de marzo) para vencer los temores del grupo A (los más fáciles), un plazo de dos meses más (abril y mayo) para los del grupo B (los que entrañan más dificultad) y otro plazo añadido de tres meses extra (junio, julio y agosto) para los del grupo C (los de mayor envergadura o dificultad). Total: 6 meses para superar todos esos miedos.
El superar los temores del grupo A nos dará experiencia, fuerza y confianza en nosotros mismos para poder afrontar los del grupo siguiente, contando, además, con el doble de tiempo para el reto. Y, finalmente, toda la experiencia y la confianza acumuladas durante el período que comprende la superación de los temores A y B nos dará fuerza, experiencia y confianza suficientes para poder acometer los miedos del grupo C.
Como veis, la estrategia, en sí misma, es muy sencilla. Sólo requiere de un poco de organización y de planificación. Es un modo escalonado de ir afrontando, poco a poco, toda una serie de miedos. Miedos que, si nunca los afrontamos, nos alejan del bienestar, de la paz y de la felicidad. Algo que todos/as deseamos.
No obstante, partiendo de este método que os propongo, cada uno/a puede hacer las modificaciones que considere más oportunas, adaptándolas a sus preferencias o necesidades. Por ejemplo: plantear una cantidad mayor o inferior de categorías, en vez de tres; alargar o acortar los períodos que comprenden cada una de ellas, añadir o quitar determinados procedimientos a la estrategia, etc.
Lo que sí que os aseguro es que funciona. Lo digo por experiencia.
Entonces me paré a diseñar una posible solución para su caso, inspirada en algunas estrategias que yo mismo había recomendado a otras personas y que habían resultado ser muy exitosas. La idea era muy sencilla.
Se trataba de escribir en un folio 30 cosas que le dieran miedo. Desde aquéllas que le producían un pequeño temor hasta esas otras que pudieran amedrentarle terroríficamente (pánico). En los dos extremos podríamos encontrarnos, por ejemplo:
- Pequeño temor: decirle un piropo (o algo semejante) a una/un vecina/o muy atractiva/o con la/el que a veces coincidimos en el ascensor.
- Temor paralizante: volar en avión.
Esos 30 miedos se dividen en 3 categorías: A, B y C (ó 1, 2 y 3). En el apartado A incluiríamos los temores más pequeños, en B los que mayor envergadura y en C los que se nos antojan como prácticamente insuperables.
Luego, hay que desarrollar un plan de actuación en el tiempo con un calendario delante (preferiblemente, poniendo fecha al momento de afrontar cada miedo). Por ejemplo, darse un plazo de un mes (supongamos que durante el próximo mes de marzo) para vencer los temores del grupo A (los más fáciles), un plazo de dos meses más (abril y mayo) para los del grupo B (los que entrañan más dificultad) y otro plazo añadido de tres meses extra (junio, julio y agosto) para los del grupo C (los de mayor envergadura o dificultad). Total: 6 meses para superar todos esos miedos.
El superar los temores del grupo A nos dará experiencia, fuerza y confianza en nosotros mismos para poder afrontar los del grupo siguiente, contando, además, con el doble de tiempo para el reto. Y, finalmente, toda la experiencia y la confianza acumuladas durante el período que comprende la superación de los temores A y B nos dará fuerza, experiencia y confianza suficientes para poder acometer los miedos del grupo C.
Como veis, la estrategia, en sí misma, es muy sencilla. Sólo requiere de un poco de organización y de planificación. Es un modo escalonado de ir afrontando, poco a poco, toda una serie de miedos. Miedos que, si nunca los afrontamos, nos alejan del bienestar, de la paz y de la felicidad. Algo que todos/as deseamos.
No obstante, partiendo de este método que os propongo, cada uno/a puede hacer las modificaciones que considere más oportunas, adaptándolas a sus preferencias o necesidades. Por ejemplo: plantear una cantidad mayor o inferior de categorías, en vez de tres; alargar o acortar los períodos que comprenden cada una de ellas, añadir o quitar determinados procedimientos a la estrategia, etc.
Lo que sí que os aseguro es que funciona. Lo digo por experiencia.
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