Dime cómo comes y te diré cómo es tu vida

Cada vez que comemos reflejamos en la mesa, inconscientemente, y con todos sus matices, el modo en que vivimos. Y, de igual modo, el modo en que comemos, con todos sus matices, se refleja en nuestra vida. Os pondré algunos ejemplos de ello, contrastados por la experiencia.

- Si sueles comer con los pies despegados del suelo es porque te falta poner los pies en el suelo.
- Si se te olvida algún cubierto a la hora de poner la mesa, entonces se te olvida alguna herramienta importante para manejarte en tu vida (cuchara, recoge; tenedor, sujeta; cuchillo, divide).
- Si chocas con los vasos o con los utensilios que hay sobre la mesa es porque en tu vida no calculas bien las distancias.
- Si acostumbras a rebañar el plato es porque no vives la vida en plenitud (es decir, que lo que vives te sabe a poco).
- Si tiendes a comer demasiado deprisa, es porque vives demasiado deprisa.
- Si tiendes a llenarte de comida es porque sientes un vacío en tu vida (o dentro de ti).
- Si no masticas lo suficiente cuando comes es porque no le sacas jugo a lo que vives (no aprendes), y, por tanto, tenderán a repetirse tus historias personales.
- Si te manchas al comer es que hay algo sucio en ti/tu vida (la importancia de ese sucio asunto irá en proporción al tamaño de la mancha y a lo difícil de eliminar que ésta sea).
- Si haces ruido al comer, inconscientemente, estás intentando llamar la atención.
- Si te introduces trozos demasiado grandes de comida en la boca, seguramente te encontrarás en tu vida situaciones que te vendrán demasiado grandes.
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Si no eres plenamente consciente de lo que estás comiendo (olores, sabores, textura, matices, qué efectos produce en ti, cómo te sienta, etc.), si no comes con los cinco sentidos, entonces vivirás de una forma automática, sin conciencia de tus actos ni de lo que te suceda.
- Si con frecuencia sientes la necesidad de beber un sorbo de agua con cada bocado que ingieres es porque te encuentras a menudo con situaciones que te cuestan de tragar o que se te atragantan.
- Si comes alimentos que te perjudican, entonces vivirás situaciones desagradables y que te perjudiquen.
- Si cuando comes solo lo haces de cualquier manera (directamente en un cazo, desastrada o descuidadamente, por ejemplo), sin cuidar mínimamente las formas, seguramente te falte algo de autoestima.
- Si la comida que comes nunca la preparas tú, tenderás a vivir frecuentemente situaciones que te vendrán dadas por otros (de las que tú serás partícipe pero no artífice).
- Si se te caen alimentos u objetos al suelo mientras comes y te ves obligado a recogerlos es porque te falta humildad (capacidad para reconocer en uno mismo algo que no es agradable).
- Si la experiencia o el acto de comer tiende a resultarte (por los motivos que sea) desagradable, tu vida estará salpicada de acontecimientos no gratos.
- Si tu comida se te hace monótona, tu vida tenderá a serlo también.
- Si te sueles dejar comida en el plato es que sueles vivir las cosas a medias (no a fondo), o bien que algunas situaciones que vives te parecen demasiado (o sea, que sientes que no puedes con ellas).

- Si tratas de comer con armonía, alimentos saludables, moderadamente, masticando a conciencia, con orden y decoro, en silencio o compartiendo una conversación agradable con alguien, poniendo los cinco sentidos en lo que haces y sientes, atento de no olvidarte todo lo que necesites, sin prisas y sintiéndote agradecido por lo que estás comiendo, todo ello, indudablemente, se reflejará en tu vida, contribuyendo a tu armonía y bienestar.

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