Anemia

En un artículo anterior compartí con vosotras/os mi visión simbólica (psicosomática) sobre el déficit de hierro en el organismo. Hoy me centraré en las formas trofoterapéuticas (terapia mediante la alimentación) que conozco para mejorar esta condición patológica, tan frecuente entre algunas personas.

Algo que observo en muchos/as anémicos/as es que están cargados/as de hombros. Un factor que les impide expandir sus pulmones, de manera que éstos puedan llenarse de oxígeno. Y para que llegue el oxígeno a las células no sólo es necesaria una molécula de hemoglobina sino, también, el oxígeno que entra con el aire en los pulmones mediante el proceso de ventilación (cuando el oxígeno se une a la hemoglobina se forma entonces la oxihemoglobina). Por tanto, es imprescindible que si el/la afectado/a está cargado/a de hombros, lo corriga lo antes posible mediante ejercicio (natación, yoga, gimnasia correctora) u ortopedia (venden unas espaldilleras que llevadas a diario pueden mejorar notablemente esta anomalía postural). Insisto: será muy difícil que una sangre pueda estar debidamente oxigenada si los pulmones (que son como esponjas) no pueden absorber una cantidad suficiente de oxígeno cada vez que inspiramos. Esto es lo primero que hay que tener en cuenta y que debe supeditar al resto de medidas adoptadas.

El otro elemento indispensable para la formación de oxihemoglobina es el hierro. Un elemento que podemos encontrar en un gran número de alimentos, pero que sólo podrá ser absorbido por nuestras células (hematíes) si éste se encuentra disuelto en un medio líquido. Por eso, no basta con que tomemos alimentos ricos en hierro. Es igualmente imprescindible que los mastiquemos y ensalivemos hasta convertirlos en una papilla fina y homogénea.

¿Y qué alimentos son los más ricos en hierro?

- Por de pronto, todos los vegetales (frutas y verduras) de color rojo, violáceo o anaranjado (que guardan una afinidad cromática con el color de la sangre): remolacha (cruda, nunca cocinada o embolsada), tomate, pimiento rojo, ciruelas rojas, moras, grosellas, granadas, zanahoria, zanahoria forrajera, col lombarda, lollo rojo, hoja de roble, naranjas, mandarinas, pomelo rojo, melocotones, albaricoques, sandía, cerezas, fresas, calabaza, etc.
- Todos los vegetales de hoja verde: perejil, berros, canónigos, rúcula, lechugas, espinacas, coles, brócoli, escarola, etc.
- Cereales integrales: mijo, quinoa, trigo sarraceno, avena, espelta, cebada, etc.
- Germinados: cualquiera, pero en particular, el de alfalfa.
- Legumbres: judía roja, soja, lentejas, etc.
- Frutos secos: nueces, almendras y anacardos.
- Complementos dietéticos: como la levadura de cerveza, la melaza y el polen (magnífico en pequeñas dosis).
- Otros alimentos: como el azúcar panela, la harina de algarroba, los rovellones, las algas (hiziki, espagueti de mar, espirulina, etc.), los piñones, la pasta de sésamo (tahin).

Añadir a lo dicho que siempre será mucho más asimilable el hierro que os proporcionen los alimentos crudos y licuados (o líquidos). Así que, para tal efecto, os recomiendo los siguientes cócteles, cuyos maravillosos efectos han sido ampliamente contrastados por la experiencia:

Nota importante: estos zumos en ningún caso deben tomarse muy fríos ni rápidamente, ya que al ser completamente naturales (y, por tanto, llenos de energía y de nutrientes), podrían sentar mal.

- Licuado de remolacha, manzana y apio (verde, nunca blanco): a razón de 1 ó 2 partes de remolacha por 4 ó 5 de manzana, junto con un tallo de apio (sin hojas).
- Licuado de uva negra: si os queda muy espeso, podéis rebajarlo con un poco de agua.
- Macerado de remolacha con azúcar panela: peláis una remolacha mediana/pequeña, la ralláis y añadís a la mezcla un vaso de agua mineral. Lo dejáis reposar por espacio de 1 ó 2 horas, coláis la mezcla y añadís 1 ó 2 cucharadas (al gusto) de azúcar panela.
- Licuado de manzana y calabaza: una parte de calabaza (cruda y pelada) y dos de manzana.
- Licuado de granada: se depositan los granos pelados de la granada en la batidora, se trituran bien, se cuelan y luego se toma el zumo resultante.
- Licuado de hojas verdes con manzana: un puñadito de hojas verdes (perejil, canónigos, espinacas, etc.) y el resto manzana.
- Zumo de naranja y fresa: una parte de fresa y dos de naranja.
- Zumo de pomelo rojo con kiwi: una parte de kiwi y dos de pomelo rojo.

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