
Antes de irnos a vivir en él, lo ponemos en condiciones:
1) LIMPIAR - Lo limpiamos a fondo. Es decir, eliminamos toda la suciedad y lo que sobra: trastos, polvo, basura, telarañas, exceso de grasa en la cocina, restos de cal en el baño, etc., etc.
2) REGENERAR - Acto seguido, tapamos las grietas de las paredes y algunos desconchados del techo, luego pintamos; arreglamos algunas baldosas del suelo que están un poco sueltas, cambiamos algunas tuberías que están llenas de cal y residuos, el calentador de agua, algunos cables de la instalación, la cocina y los cuartos de baño; lijamos las puertas, les cambiamos las bisagras por otras nuevas y las barnizamos; compramos unas ventanas con cristal doble... Y así, progresivamente, vamos restaurándolo y adecentándolo.
3) NUTRIR - Una vez el piso está limpio, pintado y reformado, lo amueblamos y decoramos: camas y armarios en los dormitorios, cortinas, alfombras, cuadros en las paredes, ropa de cama y mantelería, lavadora, aspirador; mesas, sillas y sofás en el salón, etc., etc.
Entonces, ya podemos entrar a vivir para disfrutar de nuestro renovado piso.
Y, por la misma regla de tres:
Imaginemos que una persona tiene algunos problemas de salud. Además, su cuerpo ha envejecido más de lo que le correspondería por su edad. Su organismo ha degenerado, ha ido a menos. Por lo cual, ha disminuido su calidad de vida. Así que dicha persona se plantea una mejora. Para tal efecto, sería recomendable:
1) LIMPIAR - Adoptar algún tipo de práctica que le permita deshacerse de lo que le sobra, es decir, toxinas, grasas, residuos metabólicos acumulados, etc. Cosa que puede lograr, por ejemplo, mediante ayunos o semiayunos, saunas, limpiezas de colon, baños de lodo o de arcilla, terapia de SPA, aprendiendo a respirar mejor, etc.
2) REGENERAR - Toda esa limpieza previa, tiende, por sí sola a regenerar el organismo. Cuando el cuerpo se libera de todo aquello que le perjudica, comienza un proceso automático de regeneración celular. Y, con las células, se regenran también los tejidos y los órganos.
3) NUTRIR- Para que se consolide y mantenga el proceso de regeneración, para que el organismo funcione adecuadamente, es necesario nutrirlo adecuadamente. Y nutrirlo adecuadamente no significa, necesariamente, comer alimentos caros. Pero sí que es conveniente que tengan un mínimo de calidad, que sean los correctos y que se encuentren en la proporción justa para desempeñar eficazmente su función.
Difícilmente podríamos reformar nuestro piso, y dejarlo en condiciones, con una pintura caducada, con un barniz altamente tóxico, con un cemento aguado, con unas puertas que no cerrasen bien, con las tuberías llenas de cal o con un termo al que le fallara el termostato. Por eso, no es difícil de entender que los expertos en Feng-Shui le den tanta importancia a la vivienda: cómo se distribuye el espacio, qué muebles se colocan y dónde, qué colores se utilizan, dónde se ubican cuadros, espejos, etc. A fin de cuentas, los espacios que habitamos son un reflejo fiel de lo que somos. Y viceversa.
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