Si yo os contara que he visto a un perro defender a su amo de un ataque, seguramente, a nadie le sorprendería. Ni tampoco sería difícil de entender, pues, ya de entrada, y por de pronto, el perro posee un interés claro: la supervivencia de su amo implica la suya propia. Así que, en el fondo, para él, es una cuestión de vida o muerte. Aunque algunos podrían decir, y con razón, que detrás de ese gesto puede haber algo más que la mera supervivencia del perro.
El otro día vi por televisión un documental en el que se observaba una manada de búfalos pastando apaciblemente en la sabana africana. En un momento dado, uno de ellos (uno cualquiera), va y se despista, alejándose bastante del grupo. Entonces, un par de leones le acechan, se echan luego sobre él, y, finalmente, comienzan a herirlo (por supuesto, con la intención de matarlo).
Al cabo de unos instantes, algunos búfalos de la manada, percatándose del incidente, se aproximan al violento escenario y tratan de amedrentar a los leones para que cesaran en su empeño. Éstos, que en un primer momento no dan muestras de sentirse intimidados por los bóvidos, acaban desistiendo ante la perspectiva de par de ellos que les plantan cara muy resueltamente. Entonces, los felinos se alejan corriendo con el rabo entre las piernas, el búfalo atacado se recupera, y, a la postre, sobrevive al embate.
A todo esto, me pregunto: ¿qué necesidad tenían esos búfalos de socorrer a su compañero? Y, dado que no estaba amenzada su supervivencia, ni la del grupo (muy importante tener esto en cuenta), ¿qué ganaban arriesgando sus vidas por salvar a la víctima? ¿Qué interés personal podían tener en ayudar a ese individuo? ¿No implica este acontecimiento la existencia de alguna clase de sentimiento superior, como la compasión o la solidaridad? ¿Y no son la compasión y la solidaridad dos facetas del amor? ¿Significaría esto que algunos animales pueden llegar a sentir amor por sus semejantes?
Ahí dejo esos interrogantes, para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Por lo demás, creo que estaría muy bien que un día de estos dejáramos de utilizar las palabras animal y bestia despectivamente, o a modo de insultos. Francamente: conforme pasa el tiempo, le encuentro menos sentido.
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