
Sin embargo, este ilustre personaje llevó a cabo gran número de interesantes observaciones sobre cómo el comportamiento de las personas marca la pauta de las distintas enfermedades humanas (medicina psicosomática o psicobiología). Unas observaciones basadas en su experiencia profesional y personal cuyas conclusiones corroboro totalmente a través de la mía.
Por ejemplo, señaló los siguientes comportamientos y mecanismos inarmónicos (o sus distintas combinaciones) como las raíces de toda enfermedad humana. A saber:
- el orgullo,
- la crueldad,
- el odio,
- el egoísmo,
- la ignorancia,
- la inestabilidad
- y la codicia.
- Orgullo, que es la dificultad para ver nuestra propia pequeñez, la pérdida del sentido de la proporción, el autoengrandecimiento, la arrogancia o la rigidez. Inarmonías que provocan rigidez y entumecimiento en el cuerpo.
- Crueldad, que es la dificultad para sentir amor y compasión. El tratar desconsideradamente a los demás por no comprenderlos. Y también, el infringir dolor o negar el amor. Inarmonías que provocan dolores físicos, para aprender a no causar dolor a los demás.
- Odio, que son enfados violentos, tormentos mentales, soledad o histeria. Inarmonías que provocan problemas cardíacos.
- Egoísmo, que es anteponer el propio interés al bien de la humanidad o de quienes nos rodean, introspección, neurosis, neurastenias o condiciones semejantes.
- Ignorancia, que es negarse a ver la verdad o fracasar en el aprendizaje. Inarmonías que provocan miopía, mala visión o audición defectuosa.
- Inestabilidad, que es indecisión, traición a uno mismo (y, por consiguiente, a los demás) o debilidad. Inarmonías que provocan desórdenes en el movimiento y en la coordinación.
- Codicia, que es deseo de dominio y de poder. Un deseo que provoca enfermedades graves que hacen a quienes las padecen esclavos de su propio cuerpo, frenando sus deseos y ambiciones.
Y ahora veamos cómo corregir estas inarmonías.
- Egoísmo, que se diluye dedicándose a los demás y no focalizándose en uno mismo.
- Orgullo, que se diluye reconociendo la propia fragilidad y respetando a nuestros semejantes.
- Crueldad y odio, que se diluyen con la compasión.
- Inestabilidad, que se diluye actuando con determinación y con firmeza, sin vacilar.
- Ignorancia, que se diluye abriendo la mente y no temiendo a las nuevas experiencias.
- Codicia, que se diluye respetando la voluntad de todo ser viviente y animándolo a su desarrollo.
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