
Saunas hay de muchos tipos pero lo más importante es disponer de alguien con experiencia, que conozca bien el tipo de sauna que vayais a practicar y que os aconseje en relación con el tiempo que debéis permanecer en su interior.
Yo os sugiero beber una cierta cantidad de líquido (preferiblemente, zumos naturales; o agua con una cucharada de azúcar panela) unos 15 minutos antes de entrar. Y, a ser posible (es muy conveniente), contrarrestar con abluciones o ducha de agua fría una vez concluida la sesión.
Una sauna 1 ó 2 veces por semana es casi un pasaporte hacia la salud. Y una manera excelente de corregir o de eliminar toda una serie de afecciones o de enfermedades. Pensemos que para curarse, antes que hacer hay que deshacerse de (toxinas, sobre todo).
Y hoy en día no hay excusa para no hacerse una sauna. Existen algunas portátiles que podéis encontrar en ciertas tiendas (o grandes superficies). Y si buscáis "sauna portátil" en el Google encontraréis muchas referencias. También hay saunas-cabina que no ocupan mucho espacio y que se pueden instalar en un cuarto de baño fácilmente. Por otro lado, ya contamos en nuestro país, desde hace algún tiempo, y cada vez más, con toda una numerosa cantidad de SPAs que ofrecen saunas en sus instalaciones.
En síntesis, podemos considerar las saunas para:
- limpiarnos por fuera (deja la piel muy limpia y suave) y por dentro,
- eliminar toxinas y líquidos retenidos,
- aproximarnos al peso ideal,
- recuperar la salud perdida o mejorar el estado general del organismo,
- mantener la juventud del cuerpo y su natural belleza.
Yo procuro hacer saunas una o dos veces por semana. Y siempre espero con ganas y alegría a que llegue el momento. La sensación de bienestar, de relajación y de ligereza cuando sales de ella es difícil de explicar con palabras. Hay que vivirla.
Comentarios
Publicar un comentario