Helena (ella lo escribe con hache) es una mujer que acudió a mi consulta con la intención de perder peso hace un par de meses y ya está consiguiendo aproximarse a su peso ideal (sólo le separan unos pocos quilos). El otro día le propuse hacerle una entrevista a través de la cual pudiera compartir su experiencia con los/as lectores/as de Saliment. Ella, persona encantadora, accedió muy amablemente. La que sigue es dicha entrevista, llevada a cabo esta misma tarde.
Carlos - ¿Qué te trajo a mi consulta, Helena?
Helena - Un día te vi con una amiga y recuerdo que surgió entre todos nosotros una conversación. Entonces, después de enterarme que eras asesor dietético, te comenté que quería adelgazar, y por lo que me dijiste me di cuenta de que tu punto de vista sobre la alimentación y las dietas no era como los otros que yo conocía, y me gustó. Luego, cuando decidí dar el paso, ya me puse en contacto contigo mediante mi amiga.
C - ¿Cuáles son las principales diferencias entre el método que yo te propuse y los que has probado anteriormente?
H - ¡Es totalmente diferente! Con otros métodos te dan una dieta y de ahí no te puedes salir. En realidad, yo no considero esto como una dieta sino, más bien, un cambio en la forma de comer y en los hábitos alimenticios.
C - ¿Qué ventajas le ves?
H - Muchísimas. Por ejemplo: no tengo que seguir una dieta estricta, ingiero todo tipo de alimentos, es decir, lo que me apetece, pero siguiendo ciertos hábitos y combinando los ingredientes adecuadamente. También es muy cómodo porque no tienes que pesar los alimentos ni contar las calorías, así que nunca te quedas con hambre ni insatisfecha. Yo decido, y no el dietista, la cantidad de alimento que quiero comer en cada momento. Por eso, esta forma de alimentarme me puso de buen humor desde el principio, como el hecho de que enseguida vi los resultados, lo que me animó rápidamente a seguir adelante.
C - Aparte de perder peso, ¿has observado otros cambios?
H - Sí, ahora me siento más alegre, me ha subido la autoestima. La pesadez y el dolor en las piernas han desaparecido. También me siento más activa y más ágil.
C - ¿Cómo llevas ese cambio de hábitos?
H - Muy bien. No me ha costado ni me cuesta realizar ese cambio de hábitos. Cuando los integras, terminas haciéndolos de una manera automática.
C - ¿Cuánto tardaste en ver los resultados?
H - A mí aún me cuesta de creer que al segundo día de poner en práctica tus pautas alimenticias ya vi los resultados.
C - ¿Qué añadirías a todo lo dicho, Helena?
H - Lo más importante sería recalcar que no me supone un sacrificio y que cada día que pasa adelgazo un poco. ¡Ah!, lo de volver a ponerme mi ropa me da mucha alegría y me ayuda mucho a seguir adelante. Y otra cosa que quería comentarte es que mi pareja me ha seguido los pasos, se ha ido adaptando un poco a mi nueva forma de alimentarme y… ¡ha perdido incluso más peso que yo! Él había probado muchas dietas y distintos métodos y nunca le ha ido bien. Ahora está mucho más contento, y, como yo: que no se lo cree. Pero ahí están los resultados.
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Helena Lloréns
ximhele@ono.com
655 532 334
Carlos - ¿Qué te trajo a mi consulta, Helena?
Helena - Un día te vi con una amiga y recuerdo que surgió entre todos nosotros una conversación. Entonces, después de enterarme que eras asesor dietético, te comenté que quería adelgazar, y por lo que me dijiste me di cuenta de que tu punto de vista sobre la alimentación y las dietas no era como los otros que yo conocía, y me gustó. Luego, cuando decidí dar el paso, ya me puse en contacto contigo mediante mi amiga.
C - ¿Cuáles son las principales diferencias entre el método que yo te propuse y los que has probado anteriormente?
H - ¡Es totalmente diferente! Con otros métodos te dan una dieta y de ahí no te puedes salir. En realidad, yo no considero esto como una dieta sino, más bien, un cambio en la forma de comer y en los hábitos alimenticios.
C - ¿Qué ventajas le ves?
H - Muchísimas. Por ejemplo: no tengo que seguir una dieta estricta, ingiero todo tipo de alimentos, es decir, lo que me apetece, pero siguiendo ciertos hábitos y combinando los ingredientes adecuadamente. También es muy cómodo porque no tienes que pesar los alimentos ni contar las calorías, así que nunca te quedas con hambre ni insatisfecha. Yo decido, y no el dietista, la cantidad de alimento que quiero comer en cada momento. Por eso, esta forma de alimentarme me puso de buen humor desde el principio, como el hecho de que enseguida vi los resultados, lo que me animó rápidamente a seguir adelante.
C - Aparte de perder peso, ¿has observado otros cambios?
H - Sí, ahora me siento más alegre, me ha subido la autoestima. La pesadez y el dolor en las piernas han desaparecido. También me siento más activa y más ágil.
C - ¿Cómo llevas ese cambio de hábitos?
H - Muy bien. No me ha costado ni me cuesta realizar ese cambio de hábitos. Cuando los integras, terminas haciéndolos de una manera automática.
C - ¿Cuánto tardaste en ver los resultados?
H - A mí aún me cuesta de creer que al segundo día de poner en práctica tus pautas alimenticias ya vi los resultados.
C - ¿Qué añadirías a todo lo dicho, Helena?
H - Lo más importante sería recalcar que no me supone un sacrificio y que cada día que pasa adelgazo un poco. ¡Ah!, lo de volver a ponerme mi ropa me da mucha alegría y me ayuda mucho a seguir adelante. Y otra cosa que quería comentarte es que mi pareja me ha seguido los pasos, se ha ido adaptando un poco a mi nueva forma de alimentarme y… ¡ha perdido incluso más peso que yo! Él había probado muchas dietas y distintos métodos y nunca le ha ido bien. Ahora está mucho más contento, y, como yo: que no se lo cree. Pero ahí están los resultados.
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Helena Lloréns
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