Existe una serie de sencillas pautas, de comprobada eficacia, que podemos tener en cuenta si queremos dormir mejor:
- no cenar en exceso, ni alimentos muy pesados;
- tomar algún alimento rico en calcio en la cena (leche y yogur -vegetal o animal-, sésamo, almendras, una cuharadita de azúcar panela, chirivías o crema de cebolla, por ejemplo);
- dejar transcurrir 1 hora y media, como mínimo, entre el final de la cena y el momento de acostarse;
- que el dormitorio esté bien ventilado (el oxígeno ayuda a dormir),
- si tienes que pensar, tómate el tiempo que necesites y hazlo antes de acostarte, pero cuando te metas en la cama, desconecta;
- utiliza ropa de cama y pijamas/camisones de fibras naturales (algodón, lino, viscosa, seda...);
- los mejores colchones son los de látex, o los futones de algodón;
- una ducha caliente o un baño con sal marina ayudan a relajarse y a conciliar el sueño,
- tener la conciencia intranquila dificulta el sueño,
- algunas esencias florales, como las de lavanda, melisa o jazmín ayudan a dormir (si es esencia pura, coloca 1 gota en la muñeca y frótala con la otra justo antes de acostarte);
- el frío y el calor en exceso entorpecen el sueño,
- dormir abrazado/a a alguien a quien amamos también ayuda.
Si alguien ya sigue todas estas recomendaciones y a pesar de ello tiene dificultades para dormir, le sugiero que se haga esta pregunta: ¿Me estoy durmiendo en los laureles? Puede que haya algún asunto del que ocuparse, alguna asignatura pendiente en nuestra vida, algo que requiera de nosotros... estar bien despiertos.
Buenas noches y felices sueños.
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