Cada maestrillo tiene su librillo, dice el refrán. Y yo, como buen aprendiz, también tengo los míos cuando cocinar es de lo que se trata.
Preparar una comida saludable y llena de sabor no son cuestiones incompatibles. Y los que ahora comparto con vosotros/as son diez trucos que os ayudarán a darle ese toque especial a vuestros platos.
1) Cocinar con amor, con paciencia y con delicadeza. Sé que es un tópico, pero yo lo he comprobado en multitud de ocasiones, tanto en comidas que he preparado como en otras que he visto preparar, y doy fe de que es cierto. Si disponemos de un mínimo de armonía, de serenidad y de equilibrio, se notará en el sabor final del plato. A través de los alimentos que cocinamos expresamos lo que llevamos dentro, les transmitimos nuestra energía, y esa energía llega a los demás cuando los comen.
2) Cocinar a fuego lento permite que los ingredientes vayan soltando poco a poco sus moléculas, sus aromas y sus partículas de sabor. Es como viajar a pie, caminando; de esa forma pueden percibirse todos los cambios del paisaje y enriquecerse observando sus múltiples matices.
3) Siempre que el tipo de plato lo permita (guisados de arroz o de cerales, de patata, de carne o pescado, etc.), es mejor cocinar con tapadera. De ese modo, se condensan y concentran en los alimentos, en vez de evaporarse, todas las partículas aromáticas y de sabor.
4) Un buen caldo natural, en vez de agua, da mucho sabor a un arroz al horno o a un guisado de patata, por ejemplo. Si se trata de hacer el caldo con verduras, mis preferidas son la cebolla, el apio y la calabaza.
5) A muchos guisos les añado una cabeza entera de ajos después de haberle hecho un corte a cada diente. Luego, esos ajos pueden comerse tranquilamente si a uno le gustan y le sientan bien... pero no toda la cabeza.
6) Cocinar con recipientes de acero inoxidable o barro (siempre que no sea barro esmaltado con plomo) y con utensilios (espátulas, cucharones) de madera. El acero inoxidable es un material muy duradero y atóxico (no genera toxicidad). El barro es más frágil, pero si su esmalte no contiene plomo es una buena alternativa a otros materiales, y los alimentos que con él se cocinan adquieren un sabor especial. La mejor madera (de entre las que podéis adquirir en Valencia) para utensilios es la de boj (un arbusto de madera muy dura) y la de haya. Ambas son muy resistentes. Lo ideal es que sean duras y suaves y que en su proceso de fabricación no se talen árboles de especies protegidas.
7) Las especias pueden mejorar notablemente el sabor de un guiso, confiriéndole, si se utilizan adecuadamente (tipo y cantidad), sabores muy peculiares o exóticos a vuestros platos. A mí me gusta mucho el curry, el pimentón dulce y el garam masala (este último, de venta en algunas tiendas de alimentación internacional).
8) Las hierbas aromáticas, como el tomillo en una sopa de ajo o el romero en una paella, pueden darles un toque extra para que la comida salga finalmente redonda.
9) Algunos sofritos previos a la cocción, como el de tomate natural o el de cebolla, aportan un magnífico resultado al plato. Pero si hablamos de una alimentación saludable, no es conveniente utilizarlos frecuentemente.
10) Emplear un aceite virgen de primera presión en frío, de la semilla que sea, aunque en la cocina mediterránea el más usado y recomendable es de oliva. Pero siempre con moderación. Un exceso de aceite en las comidas, tomado de forma continuada, no beneficia en absoluto a la salud, sobre todo a la circulación sanguínea.
Preparar una comida saludable y llena de sabor no son cuestiones incompatibles. Y los que ahora comparto con vosotros/as son diez trucos que os ayudarán a darle ese toque especial a vuestros platos.
1) Cocinar con amor, con paciencia y con delicadeza. Sé que es un tópico, pero yo lo he comprobado en multitud de ocasiones, tanto en comidas que he preparado como en otras que he visto preparar, y doy fe de que es cierto. Si disponemos de un mínimo de armonía, de serenidad y de equilibrio, se notará en el sabor final del plato. A través de los alimentos que cocinamos expresamos lo que llevamos dentro, les transmitimos nuestra energía, y esa energía llega a los demás cuando los comen.
2) Cocinar a fuego lento permite que los ingredientes vayan soltando poco a poco sus moléculas, sus aromas y sus partículas de sabor. Es como viajar a pie, caminando; de esa forma pueden percibirse todos los cambios del paisaje y enriquecerse observando sus múltiples matices.
3) Siempre que el tipo de plato lo permita (guisados de arroz o de cerales, de patata, de carne o pescado, etc.), es mejor cocinar con tapadera. De ese modo, se condensan y concentran en los alimentos, en vez de evaporarse, todas las partículas aromáticas y de sabor.
4) Un buen caldo natural, en vez de agua, da mucho sabor a un arroz al horno o a un guisado de patata, por ejemplo. Si se trata de hacer el caldo con verduras, mis preferidas son la cebolla, el apio y la calabaza.
5) A muchos guisos les añado una cabeza entera de ajos después de haberle hecho un corte a cada diente. Luego, esos ajos pueden comerse tranquilamente si a uno le gustan y le sientan bien... pero no toda la cabeza.
6) Cocinar con recipientes de acero inoxidable o barro (siempre que no sea barro esmaltado con plomo) y con utensilios (espátulas, cucharones) de madera. El acero inoxidable es un material muy duradero y atóxico (no genera toxicidad). El barro es más frágil, pero si su esmalte no contiene plomo es una buena alternativa a otros materiales, y los alimentos que con él se cocinan adquieren un sabor especial. La mejor madera (de entre las que podéis adquirir en Valencia) para utensilios es la de boj (un arbusto de madera muy dura) y la de haya. Ambas son muy resistentes. Lo ideal es que sean duras y suaves y que en su proceso de fabricación no se talen árboles de especies protegidas.
7) Las especias pueden mejorar notablemente el sabor de un guiso, confiriéndole, si se utilizan adecuadamente (tipo y cantidad), sabores muy peculiares o exóticos a vuestros platos. A mí me gusta mucho el curry, el pimentón dulce y el garam masala (este último, de venta en algunas tiendas de alimentación internacional).
8) Las hierbas aromáticas, como el tomillo en una sopa de ajo o el romero en una paella, pueden darles un toque extra para que la comida salga finalmente redonda.
9) Algunos sofritos previos a la cocción, como el de tomate natural o el de cebolla, aportan un magnífico resultado al plato. Pero si hablamos de una alimentación saludable, no es conveniente utilizarlos frecuentemente.
10) Emplear un aceite virgen de primera presión en frío, de la semilla que sea, aunque en la cocina mediterránea el más usado y recomendable es de oliva. Pero siempre con moderación. Un exceso de aceite en las comidas, tomado de forma continuada, no beneficia en absoluto a la salud, sobre todo a la circulación sanguínea.
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