El desayuno ideal

Aunque la ya mítica canción trataba de convencernos de que el Cola-Cao era el desayuno y merienda ideal, lo cierto es que existe uno todavía mejor: la fruta.

Este alimento, a lo largo de todo el año, pero especialmente en las estaciones más calurosas, se erige como el desayuno (y la merienda) ideal por varias razones:

- porque limpia y libera al organismo de toxinas,
- porque le proporciona mucha energía,
- porque aporta gran cantidad de nutrientes y antioxidantes,
- porque lo hidrata y rejuvenece,
- porque no le hace falta ser digerida (si se toma madura y se mastica bien).

Tengamos en cuenta, respecto al último punto, que la digestión es el proceso fisiológico que más energía requiere (tanta, de hecho, que muchas personas se quedan adormecidas tras las comidas). Así pues, conviene tomar un tipo de desayuno que nos dé vitalidad pero que no necesite mucha energía para ser digerido. De ese modo, podemos disponer de ella para otros fines.

Para que la fruta siente perfectamente, y no engorde, es oportuno tomarla siguiendo estas pautas:

- que sea de temporada y que esté madura,
- no tragar las pieles que no se deshagan en la boca (como la de la uva, la de la manzana, la del níspero, etc.),
- masticarla suficientemente,
- comerla a temperatura ambiente (fresca, en todo caso),
- sólo se pueden mezclar entre sí las frutas ácidas (cítricos, kiwi, fresa y piña)
- la manzana sólo combina bien con las frutas ácidas.

Además, los jugos naturales de frutas son los líquidos que más calman la sed (mucho más y durante más tiempo que el agua).

Añadir que si en algún momento os apetece un buen zumo (los mejores siempre serán los recién hechos con el exprimidor o con la licuadora), podéis comprar en las herboristerías los de la marca Cal Valls. Son deliciosos. Aunque Biotta también elabora unos zumos estupendos, sobre todo los de verduras.

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F. B., un viejo amigo, me preguntó en cierta ocasión qué podía hacer para mejorar su salud (un tanto venida a menos) e incrementar su energía. Yo, conocedor de su escasa predisposición para cambiar su alimentación, le propuse algo muy simple. Le recomendé: Desayuna fruta por las mañanas y en una semana empezarás a notar mejoría. Aunque lo inesperado de esta historia fue que me llamó a los dos días para comunicarme que ya durante la primera mañana había tomado fruta y experimentado una considerable mejora. Toda una sorpresa para mí.

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