Actualmente se vende la idea (nunca mejor dicho) de que la leche de soja es una magnífica fuente de calcio y una alternativa saludable a la leche de vaca. Esto es cierto, sin embargo, no se habla de sus inconvenientes, que los tiene. Uno de ellos es el sabor: la leche de soja natural (sin endulzar) no suele ser precisamente exquisita.
La mejor leche que puede beber un ser humano es la de su propia madre y en el período de lactancia (somos mamíferos). Aunque, aparte de ésta, hay otra muy semejante en el reino animal: la leche de cabra. Si decides tomarla, te recomiendo los productos de la marca El cantero de Letur. Son todos ecológicos. Y elaboran un yogur de leche de cabra verdaderamente delicioso. Es mejor tomar yogur o kéfir en lugar de leche, sobre todo cuando la persona ya es adulta. Se asimilan más fácilmente y no dan problemas de intolerancia.
En el reino vegetal también existen alimentos de los que se puede obtener leche todavía más asimilable y más saludable; por ejemplo, de las almendras.
Se toman entre 10 y 15 almendras crudas y con piel, se baten con 250 c.c. de agua. Luego se cuela y se exprime bien la pulpa. Y, a continuación, se bebe (mejor no guardarla en el frigorífico). Es una de las mejores fuentes de calcio que conozco.
También sirve la horchata de chufas hecha en casa.
Y si preferís marcas comerciales en tetra-brik, os recomiendo las leches de quinoa, de almendras y de avellanas de la marca EcoMil. Resultan muy agradables al paladar y son cien por cien saludables.
Otras estupendas fuentes de calcio son las semillas de sésamo, todos los vegetales de color blanco (plátanos, chirimoyas, coliflor, endibias, manzanas, peras), el brócoli, el azúcar panela y el perejil.
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