Efectos psicoemocionales del limón


Como el resto de alimentos, el limón posee una serie de propiedades nutritivas y medicinales y otras psicoemocionales. Teniendo en cuenta que de las primeras ya he hablado en otro artículo, hoy me ocuparé de las segundas, basadas en mis propias observaciones.


El limón es amarillo, y el amarillo es el color de la mente (Cromoterapia). En consecuencia, este cítrico ayuda como ningún otro a estimular las actividades intelectivas que surgen del hemisferio izquierdo del cerebro, tales como el análisis deductivo, el cálculo matemático, el pensamiento lógico o la expresión oral. Pero, al mismo tiempo, clarifica, relaja y tonifica la mente. Es decir, se adapta automáticamente a las necesidades de quien lo consume. Porque en su calidad de alimento de alta categoría, ante todo, equilibra.

Es uno de los frutos que más ayudan al ser humano a eliminar pensamientos tóxicos (recuerdos que causan tristeza o dolor, manías, obsesiones o bucles recurrentes que atrapan gran parte de nuestra atención y de los que resulta difícil salir, por ejemplo) y a aclarar la mente cuando ésta se encuentra confusa, espesa (es fluidificante y destructor de las flemas) o indecisa (es dinamizante).

El aroma del limón es un excelente embajador de sus fantásticas propiedades, ya que otorga frescura, sensación de limpieza y aporta alegría a quien se encuentra bajo su radio de acción. Por eso el limón también ayuda a revitalizar el ánimo de quien lo consume, confiriéndole también un toque de alegría y de frescura a su existencia. Algo que ayuda muchísimo cuando la persona se encuentra en un estado de apatía, tristeza o depresión.

Debido a su poder tremendamente alcalinizante (es ácido fuera del cuerpo pero muy alcalino cuando entra en él), el limón limpia, regenera y rejuvenece el organismo hasta la raíz (órganos, tejidos y células), como pocos alimentos pueden hacerlo. Por consiguiente, es un poderoso elixir de la eterna juventud, que tomado regularmente terminará rejuveneciendo a su consumidor, ya no solo en el plano físico sino también en el mental.

Sí, el limón depura el cuerpo y la mente: la libera de impurezas, de tensiones, de bloqueos, de fatigas y la abre poco a poco para que se vuelva más receptiva a nuevas ideas y pensamientos más constructivos. También ayuda cuando el individuo se distrae fácilmente (falta de atención) y le cuesta concentrarse en una tarea. Por eso, es capaz de elevar a la enésima potencia la máxima de Mens sana in corpore sano.

Asimismo, el limón ayuda sobremanera cuando el individuo se ha vuelto demasiado corrosivo, duro o rígido, ya sea con los demás o consigo mismo, propiciando en él, con el tiempo, el desarrollo de su Polo Femenino (comprensión, delicadeza, amabilidad, suavidad, etc.).

En suma, si te notas:

  • mentalmente espeso,
  • emocionalmente sucio (rabia, ira, resentimiento, celos, etc.),
  • atrapado en un bucle de pensamientos negativos,
  • confuso o indeciso,
  • con un carácter demasiado ácido o corrosivo,
  • apático, triste o deprimido;
  • rígido en tu manera de ver la realidad o intolerante con los demás,
  • con dificultad para pensar o concentrarte...
...entonces lo tuyo es el limón.

Pero cuidado con la dosis. Nunca tomes grandes cantidades de golpe (de no ser que estés bajo terapia y supervisado por un experto). 

El limón es como determinadas personas: en pequeñas dosis es amable, fresco y encantador, pero si abusas de su confianza puede volverse un tanto desagradable.

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