Venceslao Moguel tenía 25 años cuando fue capturado el 18 de marzo de 1915, acusado de apoyar a los revolucionarios de Pancho Villa durante la Revolución Mexicana. No tuvo juicio. Solo una condena: la muerte.
Frente al pelotón de ejecución, recibió ocho disparos. Su cuerpo cayó junto al de sus compañeros ejecutados. Entonces, como mandaba el protocolo, el oficial al mando se acercó… y le disparó directamente en la cabeza el tiro de gracia. Pero Venceslao, milagrosamente, no murió.
Horas más tarde, aún con vida, herido y sangrando, se arrastró tres manzanas desde el lugar de la ejecución hasta la Iglesia de Santiago Apóstol. Allí, un feligrés lo encontró, lo llevó a su casa y lo cuidó en secreto hasta que sanó por completo. Su caso dio la vuelta al mundo.
Yo, personalmente, he conocido:
• A un hombre que yendo con su mujer y sus dos hijos en su furgoneta cayeron por un barranco, dando varias vueltas de campana, y cuando llegaron al fondo la furgoneta quedó destrozada, pero ellos solo se hicieron algunos rasguños.
• A una mujer que, hace unos pocos años, convencida de que podía hacerlo, encontró en la zona más cara de una ciudad un magnífico piso de alquiler a una cuarta parte del precio de mercado.
• A una pareja que rompió justo antes de verano, dejaron de tener todo tipo de contacto el uno con el otro, y, sin embargo, coincidieron dos meses más tarde (estando cada uno de vacaciones por su cuenta) en la misma pizzería de Nápoles, sentados espalda contra espalda en sendas mesas.
La vida de los seres humanos es una mezcla de un destino que ya está escrito y una realidad en la que todo es posible. Literalmente.
Las líneas maestras que definen nuestra existencia ya están trazadas antes de que vengamos a este mundo, y, al mismo tiempo, merced a nuestro libre albedrío, y a la omnipotencia que se deriva de la Ley del Amor, somos capaces de transformar profundamente esa realidad. A veces, contra todo pronóstico y de un modo radical.
El Universo, en definitiva, no entiende de probabilidades.
Pero sí entiende,
y mucho,
de posibilidades.
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